lunes, noviembre 28, 2011

sábado, octubre 22, 2011

El mar al que nunca llegó.

Escarbó un poco más, con sus dedos rascando, con uñas comidas arrancó el grano, la sangre se secó de inmediato, encontró entonces justo lo que temía, y logró introducir todo el dedo, estaba hueco y apenas cubierto con carne, musculo y sangre, ausculto dentro en busca de más, de un poco de hombre, de hueso, más no tocó más que vacío. 
Desde hace semanas venía ocurriendo así, esa madrugada despertó sobresaltado como siempre, sintiendo que algo le faltaba. Lo primero que le robaron fue la calma, al despertar y sentirse incompleto, vacío, y esa noche justo era corolario de lo que venía pasándole cada noche cerca de las 4am; al principio despertaba bañado en sudor, pero al cabo de varias noches, solo era el susto y el frio colándose entre sus poros vacíos; y ya no sudó más. 
Una noche despertó sin fuerzas, otra sin espíritu, otra noche lo habían dejado sin palabras, y al cabo de varios episodios, también le habían robado la esperanza, a la mañana notó también que le faltaban dedos en los pies, y entonces supo que nada lo detendría, y que no se trataba de un simple episodio de psicosis de esos que tenemos cuando una repentina preocupación o premonición desconocida; si gustan llamarle así; nos viene al hueco que se nos hace en el estómago sin razón.
La noche que Karla; su novia; se quedó con él, despertó sin ganas, y desde entonces ya no la llamo más, como si temiera contagiarla de algo, y luego, cuando se acordó de ella una mañana, vio que en su mente faltaban su número, su cara, su nombre, y la olvido como muchas otras cosas que le fueron robando cada noche, el sabor de la comida de su madre o el gusto por una tarde con la brisa del mar lejano al que nunca llegó.
Después empezaron a faltarle más partes de su cuerpo,  dejo de sentir los latidos en el pecho, el aire se le salía por todas partes al respirar, luego los dientes, y un amasijo de sangre en la boca desdentada, las orejas, las cejas, los párpados, el  bigote, y los oídos, solo le quedó un estridente pitido de interferencia, de ruido blanco con voces que no reconocía, hasta que finalmente un día despertó sin ojos, y desde entonces se dió cuenta de que  le faltaba la noción del tiempo.
Se quedó entonces en la cama, en una madrugada eterna, sin saber las horas, durmiendo y despertando, sabiendo cada vez que algo más se habían llevado, solo con su tacto, su mente y la certeza de que la muerte se lo estaba llevando a pedazos.
Pero le quedaban los sueños, y soñó con ella; aquella de la que ya no sabía el nombre, soñó que le hacía el amor mientras se caía a pedazos y ella le cabalgaba, quedando tendido en la cama sin que ella lo notará, y al despertar, le habían robado el sueño y ya no soñó más con el mar lejano, con el sabor de la comida de su madre ni con la vida perdida en ese eterno deja-vu de ir desapareciendo de apoco.
A partir de entonces fue consciente de cada cosa que le robaban, estuvo despierto el día que le robaron los riñones, el día que ahogado vomitó el alma, misma que buscó palpando en la cama y no encontró.
Tarareaba aquella canción misteriosa de la que nunca supo el nombre hasta que se la llevaron de su memoria junto a todas las demás razones y su conciencia existencial; se llevaron su nombre, su ser, su identidad.
Quedó siendo un estropajo de sí en una cama invisible excepto por su espalda, sin tiempo y sin espacio, solamente como estadio de su muerte, con la malicia intacta, fraguando un fin decoroso contraarte de la actitud pasiva   de hasta entonces, seguro de que la muerte terminaría su labor de hormiga en el próximo sobresalto,
Decidió que el último dia de su vida se tomaría las cosas con calma. Ya no se arrepentiría de las cosas que no hizo; ni siquiera del mar lejano al que nunca llegó; esperando que fueran pocas, aunque justo esas contituyeran la razón que trajo a la muerte a llevárselo en pedazos. El último día de su vida tampoco se levantará de la cama, esperará a la muerte fingiendo dormir despierto una calma escasa y rara y sin hacer nada, descansando esta larga jornada desde su parto a hoy, a la de menos podrá entonces convencerla de que se acueste con él antes de terminar su trabajo y la seducirá para hacerla su amante, la llamará por el nombre de la mujer que olvido, excepto por que sabe de los vestigios de sus dedos y su sudor en la piel; o lo que queda de él;  y antes de irse con ella y dejar su cama por primera vez en días y por última vez, la muerte se le entregará y le quitará de lo robado al menos la humanidad, y se vengará así, esperándola con los ojos abiertos y los sentidos despiertos antes de quedarse de nuevo dormido, soñando la brisa de la tarde del mar lejano en su cara, haciéndole el amor pensando en otra, aunque se vaya de su mano a la distancia.

martes, septiembre 13, 2011

Desvelo.


Su pene olía a cigarrillo y sabía a ceniza, así supe que se había estado masturbando antes de que yo llegara, y fue más que evidente cuando vi el perfil de Facebook de ella en su computador. Lo encontré desnudo y sudoroso, asustado por mi llegada. Llegué con mi vestidito corto y pegado al cuerpo, con mis anteojos de niña buena y mi sonrisa de susto, lista para entregarme como lo hice. Desde el principio la iniciativa fue mía, estaba más bien asustado, a pesar de que la noche era precisa, el silencio en la casa y nuestras soledades en cuartos adjuntos, el bochorno de la noche, y la madrugada que desde que nos despedimos en el salón tras el último trago, se presentaba propiciadora y larga, sonámbula, insomne.
Cuando me levanté de mis rodillas y alce mis ojos, solo atinó a mirarme, como al que una fantasía le llega de improviso en la noche; cuando deje caer mi vestido y quede desnuda, sé que notó que el largo de mis brazos apenas daba para taparme con mis manos el sexo, como último intento púdico de la noche.
Le pedí que me abrazará, que me besará, que me hiciera suya, y entonces reaccionó, y nos encontramos ahí entonces, dos sombras, revoloteando y gimiendo en la oscuridad, me llevó a su cama, desordenada, descuidada, no por dormir en ella; todavía fermentaba el sudor de la pre noche, y acostada sobre mi espalda me comenzó a llevar, como cuando un padre lleva a una hija de la mano y le muestra y le enseña el mundo; me hizo recordar entonces cuando así era, cuando mi padre me enseño la lluvia, la luna, las casas, la gente y los vehículos; pero diferente, era la misma actitud, y yo la misma niña aprendiendo, pero en otro ámbito muy diferente, aunque la sensación de paternalidad no la perdí hasta que las sensaciones; nuevas para mí; me fueron cargando de la pasión desconocida que me subió del vientre al estómago; donde se confundió con el susto y se esparció por todo mi cuerpo.
Mis torpes aleteos me hicieron recorrer la cama con mis manos, y entonces la sentí, de el desorden emergió su cabello; de ella; y la vi, desnuda entre las ropas de cama, tan pequeña y delgada como yo, escondida, disimulada entre el puño de almohadas y sábanas, despertando al fin por el sexo que se fraguaba en la alcoba, él tomándome, y ella despertándose, yo tan poseída de su sexo que no pude sentir susto ni vergüenza cuando levantó la cabeza y nos vió; y sonriente y dispuesta se unió al juego, y me besó; nunca había besado en la boca a una mujer, y esta que me descubría amante de su hombre, me besaba en la boca; sus labios sabían a alcohol y a semen, así supe que era ella quién lo masturbaba, y que además, había vuelto a fumar; y él la pensaba, él la deseaba mientras me penetraba, y no me importó entonces, era una sombra, un recuerdo, una ausente que venía a volver entre los suyos, y no le importaba saber que yo; terrible; me estaba metiendo en el desvelo de su noche,  del sexo de él y el recuerdo de ella, de su perfil de FB, sabiéndome que era mi primera vez y que éramos los tres, en esa cama que todavía fermentaba el sudor de ella de tantas veces, y que como hoy, solía volver en su día, en la noche en el que  él recordaba y amaba a sus muertos, a Amelia, objeto de él que me penetraba con su cuerpo, mientras me cobijaba con el recuerdo de mi hermana, aquella que cuando murió, me dejó todavía muy niña para entrar en su cuarto y decirle que a pesar de que ella le poseía, era yo la que lo amaba con el amor infantil que hoy le entregaba, en el desvelo de su recuerdo de Amelia muerta.

sábado, septiembre 03, 2011

Esta historia.


Esta historia empieza con una mujer que llora, su llanto es como un gemido, el aire le sale por la boca y la nariz, jadea, mueve la cortina de la puerta y asusta al niño que entre-duerme.
Sigue con un sobresalto, y un ruido a la espalda, un frio en el espinazo y los ojos de un pequeño que abiertos todos vuelven a ver lo que cae en la noche, lo que vio como sombras rondar mientras oscurecía, y que había golpeado su puerta, y sigue, con esa sombra de madre que entre el llanto desesperado manda a que duerma, mientras habla con una sombra a oscuras en la puerta, que le confirma que la muerte goteo sobre su casa esa noche, y ahí le deja esa hija muerta, se alejan las luces de los mensajeros, rojas y azules dando vueltas.
Una tía lo cuida la madrugada, pero una ausencia se hace grande, a veces los demonios bajan de el cielo a llevarse a alguien, monstros grandes, como explico la maestra de catecismo en la escuela; son demonios, por que en cambio los ángeles son buenos y cuidan a las hermanas, no se las llevan, no dejan ausencias y dolor.
Para él las nubes ya no serán las mismas que tenían formas de animales cuando jugaba con él su hermana; son bellas pero le asustan, él sabe que la mañana de esa noche algo rondaba el cielo y vino por ella.
Esta historia sigue con una hermana muerta en una caja, aterrorizada y enojada, como cualquier joven al que le arrebatan la vida; él demasiado niño para entender, la trascendencia y lo terrible de el camino cuando dejen allí ese cuerpo.
Le enseñan una hermana igualita a la de él, que no habla, no ríe, no juega y no entiende, es hora de que esa extraña sensación como de miedo y frío que siente desde que lo despertó su madre llorando en la cortina tome forma, el hueco y la soledad de esa ausencia que se sienten raro, todos lloran más fuerte, las muestras de dolor se vuelven más duras, los adioses más gritos, lágrimas que parecen infinitas, y sigue con un unas poleas que la van bajando, y tiran rosas, y entonces el niño al fin pregunta, y nada mas lo abrazan pero no responden.
Esta historia sigue con la casa en silencio, y una mujer que llora, sentada sobre la cama de la muchacha con una mortaja abrazada; llora, desconsolada, y termina con un niño que extraña a su hermana, que no entiende todavía lo que pasa, y que todos tengan los ojos rojos, la casa llena de gente, que lo quiten de la cortina de la puerta donde llora su madre, y lo manden a jugar, él no la esta viendo a ella, ve a su hermana que sonriendo y cómplice con un dedo en los labios y viéndolo le pide silencio, mientras abraza por la espalda a la madre que se extrémese, y vuelve a ver, pero no hay nadie.

domingo, agosto 28, 2011

Se nos fue Fidel Gamboa!

El vocalista de la agrupación Malpaís, Fidel Gamboa, de 50 años de edad, falleció hoy víctima de un infarto múltiple, según confirmó a Viva su propio hermano, el también músico Jaime Gamboa.
Imagenes/Fotos
Gamboa se presentó anoche con  Malpaís  en el Club 212, en Heredia, para abrir el concierto del grupo guatemalteco Alux Nahual, en lo que será recordado ahora como  el último concierto de Fidel Gamboa.





Epitafío (Fidel Gamboa)

De pie frente a mi lapida te ves
como el angel que siempre estuvo alli
llorando con la lluvia, mes a mes,
preparando este lecho para mi,

noche a noche, de hinojos, cada flor
abonando el pálido jardín
donde, trémula, mi alma sin calor
despierta entre jazmines cada abril

Por gracia de tus manos y tus pies,
tus ojos y rodillas, me volví
habitante del aire junto ti.

Aunque ya no soy nada, como ves,
polvo soy porque polvo siempre fuí,
pero el polvo que soy huele a jazmín.
 
Todos escribimos alguna vez sobre nuestra propia muerte...
 
 

sábado, agosto 27, 2011

Aprender a llorar.

“No puedes enseñarle a llorar a un hombre de 30 años” y sonrió desganada, con la mirada perdida hacía afuera a contra luz, como tantas tardes, y es que el ritual de la hora de visita era siempre el mismo, mirar el reloj, mirar a la cama, mirar por la ventana, la misma cara de mal dormir, de mal comer, entre resignación y rabia, pero calma, decaída.

“Es hora” se decía tranquilamente cuando el de seguridad aparecía en el pasillo, este sabía que no hacía falta decir nada, y nosotros que no hacía falta que lo hiciera.


Y es que con los días antecediéndose los unos a los otros dentro de el centro medico, la rutina fue educándonos, y de pronto nos encontramos de forma surrealista viviendo esa muerte pequeña y lenta que es vivir, esperando las horas de visita, uno dormita entre comidas insípidas y salones, sillas para espera y alguno que otro café de máquina.

Ella y yo hablábamos poco en esos días, y ya desde antes se venia dando dicha conducta, por lo que en realidad mas bien, tener a mi mujer allí ya era mucho, y no hacía falta hablar, no hacía falta a veces ni mirarnos, igual que como nunca fue necesario amarse, siquiera quererse, ya que desde siempre nos fuimos un buen negocio, y a pesar de que el amor no duro mas que el tiempo en que tardamos en volver a nuestros trabajos después de la boda, era bueno tener a mi mujer, riendo a contra luz y con desgano, la frase que le oí a algún poeta, o a algún desgraciado.


Las noticias buenas nunca parecían suficientes, las malas eran mas comunes y significaban estar mas al tanto de lo que ocurría, y la vi bella como nunca hablando con el médico cosas que no entendía, los veía mover la boca y no había ni una señal de lo hablado, su expresión siempre fue la misma, y yo mirando el reloj, la cama, la ventana, nunca me atreví a preguntar.

Nunca, nunca la vi llorar, y aunque cada vez los pronósticos pasaron de reservados a negativos, seguimos allí en nuestro ritual silencioso, reloj, cama, ventana, contraluz, sonrisa desganada, salón de espera, café mocca de la máquina, surrealista, fresco de gelatina y arroz con carne insípida, y nuestros silencios en vez de caricias, en vez de amor.


Hace tiempo que nos acostumbramos a ser solteros en lazo matrimonial, hace tiempo nos olvidamos de las risas y los “te amo”, la rutina se repetía cuatro veces al día, en turnos continuos desde la visita hasta la espera, y finalmente a las nueve el viaje a casa, y “hasta mañana”
Pero esa despedida mentira fue un triste desenlace para un silencio, esa vez si te vi preocupada quedarte en la puerta, y yo a contra luz sonreí, reloj, cama, ventana, y te alejaste por el pasillo.

En realidad no sé si aprendiste a amarme por lástima o por costumbre, o si el desenfreno de el silencio surrealista te llevo de nuevo a algún anhelo, tal vez, solo fue solidaridad, o la necesidad de sentirte apoyada, pero esa noche seguro estuviste tan agradecida como yo de tenerte ahí en silencio, aunque amarse ya no fuera necesario, y entraste corriendo a la mañana mientras médicos, auxiliares y enfermeras trataban de detenerte, mas fue en vano, yo tratando de detenerte en el pasillo para abrazarte, por primera vez en meses, para tranquilizarte, pero fue imposible ante tu decisión, de pronto mi cama vacía; rompiste el ritual y de el reloj saltaste a la ventana, sonreíste a contra luz cuando desde el pasillo te dije “y enseñarte a llorar a ti?” y te quedaste allí sentada, en calma, agradeciendo el silencio, por la liberación de la que eras objeto, y nadie entendía; que tus lágrimas; calmas como tu sonrisa no eran por la ausencia si no por el silencio, grato recuerdo de mi , que desde el pasillo te miraba por última vez a contra luz; reloj, cama, ventana, mi esposa, y el pasillo que se alargaba mientras caminaba hacía el final de él en silencio, y solo tu que me escuchabas recitando un poema sobre aprender a llorar.

lunes, agosto 15, 2011

Mujer de tierra. (otra forma de desear un feliz día de las madres)

Esa particular forma de estar entre
no sobre ni por debajo y ser todo
saberse vieja, saberse joven
jamás nacida y nunca encontrada por la muerte


Mujer de tierra que haces el amor por los suelos
escalas paredes y te llenas de polvo
que tienes el corazón de barro
que la lluvia te vuelve blanda y al mismo tiempo
soportas las altas montañas sobre tu manto

Mujer de tierra que sostienes el mundo
que me llenaste los pies descalzos de ti en el charco
me mojaste de tierra, me invadiste de arena
me creaste, me diste vida

A ti mujer madre y creadora
ayer que fuiste mi morada en tu bóveda de arcilla
señora puta! puta señora!
hoy que guardas los sueños de esta hija de barro
a ti te debo en la muerte, volver a tu vientre.

domingo, agosto 14, 2011

Soñe que volvías.

Soñé que volvías como siempre
como cuando me amabas
te soñé como cada noche
y ya no con tus ojos diluidos en odio
con tu frente ceñida
si no mas bien con tu sonrisa

Olías a dulce de tapa
a mar
a lluvia en la ventana
a sueño que se encuentra
a dicha
a alegría

volviste como vuelve la gente
no como aveces vuelven los fantasmas
estabas gloriosa
como siempre
hermosa y amada
yo mientras besaba mi almohada
y soñaba

El desamparo y la tristeza
no vienen de tu ausencia
volviste y mi tristeza
se ampara en que estabas
dormías y no te dabas cuenta
que yo soñaba.

Soñé que volvías
soñé tu abrazo y tus ojos que decían que me amas
soñé y tu dormida
no te dabas cuenta siquiera
de que te fuiste
y yo soñaba que regresabas.


domingo, agosto 07, 2011

El instante del olvido.


Hablan, ella solo los escucha como ecos lejanos, el monitor cardíaco domina su atención, y el pasado, la razón de su estancia allí es demasiado borrosa, solo recuerda esa sonrisa silenciosa sobre sí mientras le acuchillaban.
-La policía no sabe nada aún, el padre aunque ya fue dado de alta carga con las heridas-
-Qué horrible crimen!, mira que violar al muchacho, y además dejarle a la madre en este estado!-
Para ella son palabras, no entiende, no recuerda, su realidad corre entre el monitor y las personas lejanas, la penumbra lo inunda todo, un silencio primordial aderezado con sonidos lejanos, pero el monitor esta primero, y hasta ha logrado darle seguimiento en su desvarío, no se esfuerza por encontrar los recuerdos, y estos no la buscan, no la atormentan.
-Nada que hacer!- escucha lejano, luego el latido electrónico, y nada más, el tiempo son solo instantes dispersos en su inconsciencia.
-El mismo padrecito ha venido a darle los santos oleos- y solo esta vez, por infinitesimal secuencia de segundos le causa esa sensación nueva, un frío le llena el espinazo hasta el desvanecimiento nuevamente, le roba ese recuerdo justo cuando vuelve el monitor a ser su todo.
Despierta; la ve; a la enfermera; conversando con él, el frío en pausa tras la inconsciencia vuelve, el padre se acerca y finge confortarla, le habla de Dios y bendice su camino a la muerte, entonces vuelve ese recuerdo, en diapositivas, como flashes del terror, entrar por la puerta y verlo sobre el muchacho fue un mismo acto! Su hijo! Tomar el cuchillo y herirlo! Los golpes, y esa sonrisa mientras la acuchilla, el monitor le aturde y el frío se convierte en el gélido brazo de la muerte entrándole por la nuca hasta los pies –Yo cuidaré de tu hijo, no te preocupes!-le dice el monstro mientras sonríe al darle esa última puñalada, un espasmo terrible y el frío, mientras el recuerdo vuelve para ser el último instante de su olvido, de nuevo el monitor cardiaco es su realidad, esa sonrisa en sus pupilas, él santifica y escucha el monitor detenerse.

sábado, julio 23, 2011

Sin ti, contigo. / Soñando.

Volver a casa sin ti, y tú en cada esquina de ella.
Penumbra y sueños rotos contra la realidad, el vacío de mi vientre, la soledad más terrible que jamás se haya experimentado en mi pequeña vida.
Todo está lleno de las sonrisas que nunca sonreíste, de tus pasitos sin dar, de tu llanto sin llorar, y todavía todo sigue aquí;  cómo si todo ha terminado ya? cómo si la vida es nada sin ti?
Miles de explicaciones simples, lindas, cursis; para que quiere Dios a un ángel si yo te necesito aquí?
El reloj se ha detenido, tus ropitas y tú cuna de ausencias se demoran en hacerme llorar pero lo hacen, y aquí contigo, sin ti, las horas se alargan en los llantos que no se acaban de llorar, el consuelo es tan lejano como los besos que te iba a dar.
Volver a casa sin ti, y tu padre tan perdido como yo, ojala y el sol naufrague su navegar por el cielo azul, ojala y la luna se esconda avergonzada! y que no venga Dios alguno a consolarme, que esta soledad es mía y tuya; que estás aquí sin haberlo estado nunca.
Despierto sobresaltada, y abrazo la ausencia que dejaste en mi vientre, abrazo el vacío de ti, contigo que estas sobre mis pechos, sin ti.
Cómo demonios te lloro? Cómo te amo si nunca viviste?
Junio no es un buen mes, nunca más lo será, te fuiste y te quedaste para siempre, sin haber venido nunca más allá de los cambios en mi cuerpo que me hicieron mujer, que me hicieron madre; y sin ti que soy? será que soy algo, que soy alguien, como te lloro para olvidarte? cómo hago para aceptar?

Te amo tanto, tus ausencias y lo que nunca fuiste; pero te amo más por lo que fuiste sin nacer, te amo tanto desde tanto que no soy porque te hiciste ángel, y mis ojos que ya no son ojos porque ya no podrán verte nunca, y mis manos que ya no sienten por qué no podrán tocarte, y que hago con este amor que solo tiene un nombre para desbordarse y llorarte hasta que el dolor duela tanto que sea imposible, que perdone al Dios que te llevo de mí, que duele tanto que se ha clavado para siempre en mi alma?

De qué sirve parir un ángel? de que sirve!!!!!!!!!? maldita sea Dios!!!! te has cagado en todo! me mataste y me dejaste viva para restregármelo en la cara! que hago con mi vientre vacio? con la  soledad que me patea allí? 

Llorar nunca será más amargo ahora que estás sin estar y sin estarlo nunca, te lloraré hasta que se terminen las lágrimas, y después... volveré a aprender a llorar.

Perdóname la rabia que siento ahora, es el dolor que ama, entiendo sin entender y amo a tu sombra que me calma, a tus manitas que me tocan y tus besos que me besan, sé que estarás por siempre conmigo, y a pesar de todo; te amo tanto que esto basta, sin bastar... y sigo viva, gracias por enseñarme a vivir...

Para  todos los que lo amaron. Un abrazo amiga, por qué no sé que más podría decir... perdón.


"hoy hace un mes mi bb se hizo el mejor angel de todoooooooooooooooos!!!!!! Te amoooo bb!!!!!!! siempre estaras en mi corazon!!!!!!!!!!!! graciar por enseñarme lo que es vivir!!!!!!!!!!!!!!!!!!! te amooo!!!"


SOÑANDO
Cuando mueres mientras duermes, este pasaje es distinto sin duda a la muerte común que se presenta ante nosotros como un invisible, ha de ser como estar soñando, por que eres ajeno a todo el ruido que la muerte conlleva.
Quizás te encuentres dando vuelta una y otra vez en algún pasaje infantil olvidado, un momento, un instante en el que la inocencia te dio licencia para ser pleno, para ser feliz; y la inconsciencia y la desfiguración onírica de los sueños te ata y aferra a ese recuerdo, a esa memoria presentada para evitar que despiertes y te encuentres cara a cara con la muerte.
Quizás solamente sueñes que caminas por alguna playa, y cierres los ojos, y te concentras en la sensación de arena en tus pies, en el sonido de el mar salino, en ese olor puro a viento y agua, y los recuerdos de ella, corriendo hacía ti en esa playa, o tu corriendo hacía los brazos de tu madre, o simplemente solo, despreocupado de todo, incluso de ti.
No hay tiempo de repasar la vida ni de túneles con luz al final de este sueño, pero no ha de caber duda de que si mueres dormido, lo haz de hacer soñando, tan solo quizás sueñas que tendido en tu cama tienes un largo descanso, merecido y profundo, donde la realidad mas que ajena es tenue, es placentera, y despertar es solo una posibilidad.
Cuando mueres dormido tras una larga espera, enfermo y en un hospital, quizás; el asunto es diferente, por que el inconsciente te separa de la realidad cotidiana, misma que de todas formas es una pesadilla, gente que llora o gente que no lo hace, máquinas enfermeras, doctores y pruebas, fármacos, dolor y ausencias, o presencias que sufren; aquí el sueño puede volverse pesadilla, por que la realidad es peor que ese sueño agitado y prolongado de una larga despedida que no acaba, y en el sueño drogado de la calidad de vida; alucinas y sufres de cualquier pesadilla, que de igual forma no te trastorna mas que despertar.
Puedes soñar entonces el mar agitado y la playa fría, puedes soñarte niño perdido entre la multitud, un mal recuerdo, eso no importa, por que te estas muriendo, y la vigilia es testigo y consiente de la fría cama, el lúgubre cuarto-morgue, de que la sábana que te cobija se volverá mortaja, de el lento y pausado; de el "pip" mecánico de el lector de signos vitales, de el gotear de el suero que te alimenta, de la cadencia de la muerte a tu lado, a pesar de las carreras y los medicamentos, de los familiares que lloran, de los doctores que dicen que solo es cuestión de tiempo.
Ella se acerca a tu oído y te absuelve; te deja ir; la muerte al lado te extiende la mano, y tu te sueñas desangrado con las manos roídas, con los ojos fijos y muertos llorando, quizás entonces sueñas que vas cayendo, como esos sueños donde te levantas sobresaltado, pero esta vez la caída no acaba, se prolonga mientras la vigilia atiende al monitor cardiaco, y mas allá de donde la pesadilla normal de el que no muere acaba; tu sigues cayendo; por que la muerte te hace llegar al fondo, te hace llegar al suelo, y sueñas que caes impotente, entonces luego seguirás soñando la muerte; tu muerte, mientras el monitor hace un sonido agudo y largo.

Una lágrima cae sobre tu mejilla; desde tus ojos dilatados y muertos que ya no sueñan mas que esta estancia... duerme hijo mio, que naciste dormido y pronto en ese largo sueño te has ido, y sé que para ti será este tu nacimiento, pero no en los brazos de tu madre y los mios, si no en el país de los muertos.

sábado, julio 09, 2011

Volver del silencio.


La noche se habrá burlado de mí por última vez, a fin de cuentas no es que no tenga nada que decir, es que de pronto la ausencia de la musa me ha dejado sin palabras, pero no sin sentimientos; si bien es cierto que el tedio de la rutina trepidante me ha traído a menos, y el internet me entretiene con correos y periódicos en las horas de los muertos; yo aún no lo estoy, sigo vivo, sigo viviendo y tengo mucho por decir.
Retomaré las lecturas olvidadas, los escritores muertos que admiró en papel y los vivos que en la red buscan lo mismo que yo; el taller que los círculos politizados y socializados de la bohemia y la izquierda no dan.
Soy contrario a la corriente intelectualista de las esferas literarias dominantes, no creo en gurús, no venero vacas sagradas, a fin de cuentas mis lectores serán los mismos que leen a Rowling o Grispan, pero yo podría decirles de pronto cosas más profundas o más ciertas. La literatura no trata de seres iluminados que fuman pipa y lloran mientras Facundo Cabral llena el espacio vacío de un bar de izquierda; la literatura no trata de niños magos elegidos para salvar el mundo, la literatura trata del tipo que cree que la rubia que lo miró al subir al bus es algo extraordinario; de la chica cursi que llora a un "amor eterno" de dos semanas que la ha dejado por otra igual que ella; pero nueva; no aspiro a reinventar al mundo, aspiro a ser historiador de sentimientos y cotidianas, aspiro a ser cualquiera que en un parque ve a la gente y se inspira de ellos, pero no como un gurú de nada, si no como otro transeúnte que observa.
Me voy a quitar de nuevo las manos de los oídos para tomar dictado en esta hora de los muertos, todavía tengo que encontrar una razón o una excusa para que un mendigo resucite a las palomas envenenadas de la Plaza de la Cultura de San José de Costa Rica, todavía tengo que encontrar la magia de la noche en la que la que fue mi musa me llevó a ver a la Orquesta Filarmónica tocando a The Beatles, solo para compartirla, solo para complementar que en este momento, y tras escribir esta última línea, que aunque en mi vida ya no seamos lo que fuimos, ella sigue siendo las mil mujeres que me inspiran; que yo sigo siendo el dios al que le rezan mis personajes para que su suerte sea otra que la muerte.
Hoy la noche se ha burlado de mí por última vez, simplemente porque mis silencios; de los que vuelvo; no son nada más que las palabras que se me quedan atrapadas en los dedos, y que a fin de cuentas, todavía tengo mucho que decir, sobre hoy, sobre mañana, sobre las deshoras, de lo que siento, de lo que creo, de lo que pienso, del sentimiento añejo de los 80´s cuando fui niño, de las soledades y experiencias de los 90´s, y de esta primer década del nuevo milenio en donde mis libros son estos bytes que ustedes vienen a leer y que siguen soñando en volverse papel.
Gracias por estar ahí, por ser lectores y personajes a la vez del escenario que es mi mente, que hoy vuelve del silencio.

domingo, julio 03, 2011

Sombras & silencios

He tratado de callarlos sin conseguirlo, parecen turnarse en abatir mi tranquilidad, el silencio es un país extraño desde que estas sombras gritan tanto, desde que la oscuridad se divorcio de la calma, desde que finalmente esas sombras parecen deslumbrarme con su constante ir y venir. Han raptado el aire, han secuestrado la noche, mi calma, mi descanso, y mas allá mi sueño. Estas sombras y silencios son dueñas de mis noches, mis madrugadas.
Fue una primero, inofensiva pensé la primera vez, casi trate de confundirla con un efecto del cansancio, luego con el traquear de la madera cuando se expande en la noche, pero termino respirando sobre mí, metiéndose en mis cobijas, acurrucándose a mi subconsciente somnoliento y en vigilia.
-Dame una hermana- exigió con su fétido aliento a ángel caído
-exijo una hermana! mi hermoso asesino-
-a fin de cuentas- me dije- existes solo por que mis manos te dejaron muerta bajo el piso de esta habitación, te lo debo-
y aunque no fue fácil la traje a mi departamento, amontone su cuerpo junto al tuyo y volví a acomodar las piezas de el piso bajo la cama, nunca mas volví a barrer allí, deje que el polvo se amontonará, y con eso pretendí el olvido.
Pero su sombra y su silencio lucharon pasivas cada noche, te vi convencerla de que no había mal en la existencia nueva que le había dado para ti, finalmente lograste que dejara de sollozar junto a mi cama y la hiciste como tu.
-Danos un amante!- Horrorizado no tuve mas remedio ante sus ataques de paloma y mi incesante necesidad de dormir cada noche que ceder a sus reproches, el joven fue mucho mas difícil, pero corrompida su vida las vi estallar de jubilo tomándolo sucia y pervertidamente, las oí violarlo, lo vi retorcerse hasta que un día ya era como ustedes.
El viejo y la vieja fueron mas fáciles, cuando me exigieron una madre y un padre, pero a partir de ese momento, las noches fueron insoportables, esas sombras y silencios se llevaron mi calma, convirtiendo mi falta de arrepentimiento en una carga que me hizo tratar de olvidarles.
Pero me pidieron un hijo, y no acepte! –niños no!-
-Danos un hijo grande asesino adorado! Un hombre que nos dé la ilusión de haber quedado preñadas! – y me negué otra vez, entonces comenzaron a gritar sus silencios y hacer señales luminosas desde sus sombras, finalmente fui descubierto y condenado, mi desvelo se volvió mas fuerte cuando finalmente se vinieron a esta celda conmigo, y cada uno habitó un espacio de mi pequeño encierro.Acumule apatía e intromisiones para olvidarlos, pero es imposible, con los viejos susurrando, y estos malditos revolcándose en sus orgías de sombras y silencios, a la víspera de mi locura vinieron a recriminarme y exigirme –danos un hijo amado asesino!- y me enseñaron a hacer nudos con sábanas, me prometieron que finalmente vendría la calma y el silencio a quedarse en mis noches, la oscuridad volvería a ser negra, y mi soledad finalmente llegaría con la noche; pero fue mentira, aquí siguen todos en esta pequeña bóveda, ellas revolcándose con él en una esquina, los abuelos acariciándome el cabello mientras trato de dormir; aún recuerdo sus voces diciéndome –Salta amado asesino!- mientras yo con la sábana en el cuello me lanzaba a sus olvidos

domingo, junio 26, 2011

Simples pequeños fragmentos...

Siempre he creído que las letras saben mejor con el sabor oxido del café y el cigarro, imagínate solo echarte en la boca un trago pequeño de café con una bocanada de Benedetti, dejártelos en los labios, sostener ambos sabores en los mismos, y cuando finalmente se diluyan hacia la garganta, fumar un poco, apenas antes del siguiente trago de letras...


Dichoso el músico sobre el escritor, que aún cuando no puede componer, puede cantar, puede tocar & hacer música; el escritor es siempre silencioso aunque tenga mucho que decir, aunque ya lo haya dicho, y lo grite o lo susurre...  


ultimamente me desvelo pensando y tratando de entender como la lejanía esta tan cerca y todas las aristas que esto conlleva, y desde entonces, tan breve no puedo escribir... aún gritando con todas las ganas...  


Aveces olvido cuantas normas exige el amor, más desde que me encontré con una mujer que a cambio de que yo le acepte sus inexistentes defectos, acepto aguantarse los mios. 


El quedo enganchado a su mirada, y le regalo las suyas.
Ella le correspondió con una sonrisa, y él entonces le pidió que le diera su número. Con un bolígrafo prestado ella se anotó el número en la palma de la mano, y se lo dio a él que lo acepto de mil amores.

aquí quedaron en el fondo de este vaso de cerveza sin tomar, las ganas de estar bien y de escribir, tu en cambio te abrazaste a tu orgullo y dormiste plácida, mientras yo con cara de asco, solo me quedé toda la noche sufriendo de este síndrome de la página en blanco.


-Por que te entristece la música bailable?
-Por qué ella bailaba como un demonio, y no fue a mi a quién se llevo el diablo.


Las alas para volar, están hechas con sueños...

(los textos carecen de conexiones absolutas)