sábado, enero 29, 2011

Días comunes, noches distintas.


Anoche no podía dormir, la quietud y el silencio... la calma, la soledad de tenerte en mi cama durmiendo... se sentía distinto a los días en que me gusta admirarte en nuestra cama, te necesitaba despierta; no es tu culpa; hablar, la compañia, tenerte activa junto a mi, para admirar cuánto sabes y la elocuencia con que lo haces. Ayer necesitaba tu calor abrazándome y seduciéndo, tus ojos plácidos en la tempestad del mar de Orión, para disimular las sombras y los fantasmas que habitan mi noche y llenan mis ansias.

Transité los 100 canales de la compañía de cable al menos cinco veces... me levante, trate de leer, trate de cantar, trate de imaginar la tarde y a mis hijos jugando, el ruido en silencio de la noche me perturbó cada vez mas, el insomnio fue poblando mis posibilidades de dormir.

Entonces uno se da cuenta que la soledad no es solo ausencia de compañía, que no es que tu amor no me llene, que tu presencia determine mi existencia, o tus ojos mi risa y alegría, te das cuenta de que existe una soledad silenciosa y oscura, como un demonio, una soledad personal, como aquella canción misteriosa de la que nunca supiste el nombre y que aún hoy te dá ganas de llorar.


Es confuso extrañarte teniéndote aquí, y sentirme tan distante estando en casa, por lo menos, van acabando los días de fiesta y el maldito diciembre y la falsa bonanza, yo sigo igual, no cambie durante el carnaval de fin de año como los otros, pero los demás alrededor se llenaron de una puta e hipócrita alegría y un aire de bienestar que termino en resaca, creo que me afecto quedarme fuera de la borrachera colectiva a diferencia de antes, era más sencillo no pensar; estar loco , te he extrañado tanto en este tiempo y a mí mismo que de pronto tengo miedo de que vuelvan los días comunes, volver a la gente inmisericorde y estresada, volver al odio generalizado y el egocentrismo, a la apatía, a la guerra de todos contra todos... a volver a ser un silencio que guarda silencio ante el ruido de la cotidianidad, a volver a ser una oscura oscuridad ante el neón deslumbrante, a volver a ser soledad en la apatía de la compañía inconveniente por conveniencia.


Mejor quedémonos en el mañana; a fin de cuentas se dice que todo tiempo futuro será mucho mejor; volvamos a nuestro juego de soñar y adjuntémoslo a este ciclo, alejémonos de la gente, olvidémonos del bien, y el mal que como todo lo relativo es indistinto, encimemos la muerte más allá de la vida, llévame al Mar de Orión a jugar con las olas, dejarme llevar por el vaivén infinito, calmo y salvaje, espérame en la playa, déjame arremeter en tu cuerpo como las olas, ir llenando cada rincón mientras te voy dejando rendida en la playa, y golpeo con fuerza tus caderas con mi cuerpo de agua y sal, entonces me vuelvo abrazo sobre tu piel, mientras beso tu sexo con mi cuerpo de mar y subo por tu vientre y tu pecho hasta finalmente encontrar tu boca, ya con mi cuerpo de hombre, para hacerte el amor en la arena, bajo el cielo infinito.

De nuevo el silencio me despertó del letargo, estaba lleno de arena; gracias.

Me fui al cuarto de los niños, tratando por última vez arrancarle a la noche un cacho de calma, los cobije y los besé, estaban tan tranquilos y ajenos de mi insomnio, que aguante la respiración para dejar intactos sus suspiros en el aire, y es que anoche no podía dormir abrumado por la soledad, por la oscuridad, por el silencio, ese que los hombres manejan tan bien en la selva de hormigón frio, pero viéndolos, de pronto uno se siente de nuevo niño, de nuevo vulnerable, y entiende el miedo y el temor en los ojos de los padres; cuando te decían que todo estaría bien, y no era cierto.

domingo, enero 23, 2011

Textura azul en el silencio.


Oscuro y silencioso, como despertar en una tarde lluviosa, mirar el pasillo, los tonos café, la luz blanca, como revelado ecológico. El silencio es una delicada textura azul que huele a belleza, miles de agujas se abalanzan contra mí por todo mi cuerpo, en una sobredosis de dolor indescriptible, la insulina solo funciona para tener alucinaciones, veo que exhalo miles y miles de flores que se diluyen en el aire enfermo de mi habitación, entonces me doy cuenta que estoy sordo, que solo mis ojos funcionan, que la lágrima que me hace cosquillas tras las agujas en la mejilla es mi último grito de dolor que dice, déjenme morir.

Tengo sudor frío sobre mi frente, mis ojos se prenden de el resplandor en la ventana que no me deja observar ni distinguir, debo verlo todo! El dolor se vuelve cada vez más fuerte, empiezo a respirar sangre, mas la guerra es hacía adentro, alrededor todo es calma, silencio, soledad, pero mi mente funciona, no puedo caer en la oscuridad, no puedo perder la razón que tengo por los ojos, lo único vivo aún en mi cuerpo tomado por el cáncer, muerto y putrefacto; esbozando palpitaciones de vida que se extinguen una a una en una consecución de espasmos que me abotagan de dolor.

Miro desprenderse de mis ojos una centella; se posa sobre mí; creo que soy yo, pero debo estar alucinando de nuevo, mi cuerpo tenso se aligera, las agujas se me clavan procurando un dolor agudo que me quita el aliento, y se desvanece; miro la ventana nuevamente sacudirse ante mis violentas convulsiones, mas la centella sigue allí inmóvil, parece una gota de agua, en ella se refleja un rostro demacrado que no reconozco, mas debo ser yo, pero cambia, en ella miro dos ojos pequeñitos que brillan; recuerdo esto; recuerdo ser un niño de brazos que se mira en los ojos de su madre, pronto la ventana tras la centella se vuelve su rostro, sonríe, yo me siento seguro, ya no hay dolor, escucho su voz suave que me arrulla, veo una ventana, tras ella un árbol, de pronto corro hacia él con mis rodillas rotas, no importa, otros niños juegan junto a mí, finalmente llego; y entonces cambio; me siento bajo su sombra milenaria y tomo por la mano a esa joven que sonríe y beso, me pierdo en sus ojos de nuevo, le acaricio el vientre mientras me dice, “se llamará Jessenia”, y soy feliz.

De pronto todo está oscuro, me asusto, pero veo y siento una manita alejarse de mis ojos, de nuevo la centella se transfigura en un rostro amado, mi flaquita me besa, mi hija juega a esconderse mientras yo me miro feliz y orgulloso en sus ojos, pero la centella se apaga, y cambia; la veo tras un vidrio como se la traga la tierra, la centella cae sobre el vidrio como mis lágrimas; la tarde es oscura y triste; llueve; le prometo perseguirla, le prometo no dejarla allí tan sola como solos se quedan los muertos, y vuelvo aquí para ver por última vez la ventana, ya la razón no me sirve de nada, se va poniendo oscuro, me voy quedando muerto, cierro los ojos dejando tras de mí este cuerpo atrofiado que ya no sirve de nada, está oscuro como despertar una noche lluviosa tras dormir mucho tiempo, estoy tranquilo, ya no siento las agujas, por un momento dejo de ser consciente de mi existencia, mas de nuevo, en un espasmo abro los ojos, la luz de nuevo entra por la ventana, lloró, y tengo frío! me asusto! pero de pronto vuelve la calma, de pronto me miro en los ojos de otra madre reflejado, mas yo conozco los ojos de esta madre de otra vida, son los mismos ojos de mi hija, los que vi por última vez tras ese vidrio, y que hoy me admiran conociéndome mientras yo encuentro de nuevo el ciclo, para vivirlo junto a ella, ya no está sola y tiene en su cara mi centella, dos gotas de agua.

domingo, enero 16, 2011

El asesino de flores.


-Mírenla allí – se dijo – con toda su petulancia! Ahogándose en vanidad mientras el sol y el viento la acarician! Claro! Su belleza es terrible, patética e inútil! Inservible! Inaguantable!- maldita! Hermosa y maldita! – Grotesco y desenfrenado se lanza llorando contra la indefensa flor –incauta!- se dijo en su monólogo – mírate! Tan frágil y al mismo tiempo tan gloriosa! Tan pequeña, en nada parecida a tu pariente lejana de el África, la serpiente! Si pero las flores no son como las serpientes silenciosas! mas su veneno es su belleza gigantesca, su ego florido! Su maldita capacidad hipnótica, pero yo he encimado la muerte! Sus arrojos de soberana presencia floral no apabullan mi odio! Necesito de la infertilidad y la soledad de el vientre de la tierra para florecer! – ahogado y ciego se lanza despiadado sobre la flor que horrorizada solo acata por asomar sus espinas ante el insolente y violento mordisco! La embestida abominable, el macabro ataque sin sentido y reivindicador de el asesino! – tus espinas pueden destrozarme la boca, hacerme tragar mi sangre! Puedes ulcerar mi lengua, tratar estúpidamente de desangrarme el aliento! Pero seguiré gritando mientras mi sangre se amontona en la garganta y se coagula, pero efusivo lanzo mis gritos y con ella probarás el néctar de mi odio vuelto saliva ensangrentada! Muere! Muere!- cada pétalo va cayendo en la tierra mezclado con la sangre de el asesino, que cae rendido y ciego junto al cadáver espinoso y marchito de la flor. Vuelve en sí a los pocos segundos y llora, le duele la belleza muerta y trémula que se vuelve barro rojo y azul al mezclarse con la tierra, llora de rabia e impotencia al ver la pasta muerta que fecundará el suelo para que nazcan nuevas petulancias de la floresta. El asesino llora otra vez, y se planta en su sitio.

domingo, enero 09, 2011

La entrepierna del alma.


la luz inocente apagada de su cara

los labios mancillados de la derrota
apuntalada por la culpa del sí
la entrega y los besos regalados
el sexo tibio como resaca,

de la larga noche que quiere olvidarse

de la niña rota que no puede juntar los pedasos de las piernas abiertas

se sienta a llorar entre sus rodillas

le duele la entrepierna del alma...



miércoles, enero 05, 2011

Despedida de año nuevo

No suelo creer en el tiempo, mucho menos en los cambios de año. El tiempo no tiene pausas ni corre ciclos humanos, es continuo y sigue su curso, principalmente juntando & separando gente.

Sin embargo no veo mal usar este corte festivo (a veces me parece que en exceso! , por suerte tenemos 11 meses para reponernos de estos 31 días que sacan lo peor de todos disfrazado de amor, alegría, solidaridad y... bah! ya se me salió el grinch jejeje) para reflexionar, para reinventarse, inventariarse y plantearse de nuevos retos para nuestras vidas, en todos los ámbitos. En resumen, cualquiera ya les hubiera deseado un feliz año nuevo, y esa es mi intensión sin duda, pero la verdad es que hoy entré a este sitió, y lo encontré como se encuentra la casa que se dejó en algún momento con premura, creo que nunca en estos cuatro años que tiene de existir este blog haya estado tan abandonado como ahora, quizás no el blog, más bien ustedes, pero igual el diciembre fiestero en exceso y un extraño acomodo de días entre trabajo y fiesta ajena me dejaron con resaca, a pesar de que mi prioridad era en cuanto a ustedes, volver a sus
casas y sentarme a escribir. Mil ideas revolotean (algunas literalmente) mi cabeza como el retumbo de los fuegos artificiales de el pasado 31, todo siguió igual entonces, y aún no he vuelto sobre mis escritos, pero hay varios listos que me resisto a que salgan hasta volver a sus casas, por ahora, bueno, no está de más empezar el año conversando un poco o sí?
Por eso esta es una despedida de año nuevo, creo que ya es momento de olvidar tan hipócritas festivos y volver de nuevo a ser nosotros, disfrutar estos once meses como la publicidad y los falsos buenos deseos de la época recién pasada pretenden que pasemos el doceavo mes del año; por ahora FELIZ AÑO NUEVO signifique esto lo que signifique para cada uno de ustedes; de todo corazón! FELIZ NO NAVIDAD PARA TODOS!!!

(No es que no la disfrutará, la pase increíble con mis hijos y mi familia! pero con nuestros estándares, obviando la terrible levedad del ser...)

Pronto estaré de vuelta con ustedes.
Deshora