domingo, enero 29, 2012

Somnolencia del alma

Abrazame, aunque ya no hable, aunque ya no te besé más. 
No pude tener una muerte más hermosa, en nuestra cama, en tus brazos, muerto de viejo tras tantos años juntos. 
Lo siento además, por el dolor que puede ocasionarte estar abrazada a mi cuerpo muerto en nuestra cama, tu sabes bien lo último que te dije; recuerdas? cuando éramos jóvenes y nos quedabamos días enteros haciendo el amor y durmiendo así como ahora? perdón, de verdad creí que me iría primero, pero la muerte se acosto en mi lugar en la cama, y desperté solo para verte, acariciarte el cabello y decirte te amo por última vez, luego no pude controlar mi cuerpo, y la vida se me escapó, como cuando se nos escapa la conciencia al dormirnos muy cansados, y fue la muerte la que recibió el sueño de mi alma, mientras te agitabas y decías mi nombre, como cuando hacíamos el amor (disculpa la sonrisa).
Te doy como te dí mi vida el privilegio de sostener mi muerte, con mi cabeza sobre tu pecho, a fin de cuentas valió la pena vivir por morir en tu abrazo, ahora te esperaré un instante sin tiempo.

domingo, enero 08, 2012

Tengo un insecto viviendo en mi cerebro


Tengo un insecto viviendo en mi cerebro que me dice que hacer y sentir todo el tiempo, fumo creyendo que estos le temen al humo y que me dejará pensar libremente, pero no es cierto, induce mis recuerdos (falsos) y mis sentimientos (más aún) y yo no quiero esto, me gusta la realidad placentera que me otorga, la vida feliz que me ha regalado aunque sea solo una ilusión.
Cuatro paredes mutantes, que son prisión e infinito, y son lo que son, una mujer buena que me ama y dos hijos, que probablemente no existen y son solo una inducción del insecto que vive en mi cerebro para mantenerme tranquilo y quieto mientras pone sus huevecillos en mi cabeza; que alimentará a sus críos cuando dejen la pupa de los huevos que llevo conmigo.
Entonces mi mujer me ama, tengo un buen trabajo y hermosos niños que corren por la casa, ella peina a sus muñecas, y él arma conmigo trenes que surcan una isla lejana.
Envuelto por la baba de insecto estoy postrado en mi cama (seguramente) esperando el nacimiento de los hijos del insecto que tengo en mi cerebro y que se lo comerán; entonces todo parecerá solo un sueño, y caeré profundamente en él mientras pierdo mis capacidades mentales, cognoscitivas y sensoriales, y vendrán a mí el silencio, la oscuridad y la soledad mientras siento que miles de insectos me comen por dentro y me tomarán como alimento, y un día me levantaré con el sol de la mañana de verano en la cara molestando, tocándome la cabeza, listo para ser el siniestro títere de el insecto que vive en mi cabeza y sus recién nacidos.