jueves, mayo 28, 2009
Arte y verbo.
si somos arte y nos cuelgan en una galería seremos pintura,
si somos arte y nos cantan seremos canción,
pero si somos arte y somos verbo, entonces, seremos amantes.
lunes, mayo 25, 2009
Mariposas en la pared.
Nos volvimos animales mecánicos.
Día a día, y justo; como en una película de ciencia ficción, las máquinas nos fueron dominando, no por la guerra, no por la fuerza, simplemente limitaron nuestra libertad a unas teclas, a una pantalla, cada vez mas chica y mas chica, la gente dejó de verse a la cara pues siempre tenía la vista fija a algún dispositivo móvil, moderno, con interfaces y conexiones mas rápidas y efectivas que las de la conversación humana, el intercambio de caricias, una sonrisa, una mirada.
Entonces llenamos las paredes de mariposas disecadas.
Dios no estaba allí ni en ninguna otra parte, aunque algunos hablaron de él, pasaron desapercibidos; además nadie lo programó jamás, ni se hicieron oraciones virtuales; llenamos de muros la mirada y la gente colgó pixeles y bytes en ellos, como insectos sobre estéreofon sostenidos con un alfiler en medio, y nos conformamos con eso, por que la luz de los monitores nos atrajo como polillas a los fluorescentes, y apagamos las luces y nos quedamos a oscuras para ver mejor.
Siempre que miro televisión pasa algo malo, he de ser un ave de mal agüero.
Vi en vivo la explosión del Challenger y al Columbia volver a la tierra envuelto en fuego, vi coronarse a aquel dictador que asesino a tantos en su pueblo, vi caer Down Jones una y otra vez, aviones estrellarse contra edificios con gente, asesinatos en vivo, suicidios y pánico en las calles, por eso decidí apagar el televisor, para que no pase nada malo.
Entonces nacieron las redes sociales.
Tuvimos sexo en línea, chateamos, homogenizamos, nos reunimos, mentimos y reinventamos, elecciones virtuales, virus, vacunas, cursos y trabajos, miedos, retratos, literatura! Nicknames! Arrobas, aventuras, juegos, second life y enciclopedias, blogs y foros para ser humanos; recorrimos el mundo y bajamos discos, pagados, pirateados, consentidos, fuimos al cine, compramos entradas; dinero virtual, cuentas en china, video conferencias, eventos masivos con la taquilla sin vender, un día decidimos no salir nunca mas a la calle, todo era tan cercano como nuestra velocidad de conexión, todo a un clic de distancia, y el mundo quedó desierto, obsoleto, fuera de línea, fuera de la red, facebook, hi5, twitter, y ese gigantesco google y casas sin puertas ni ventanas, un modem era el centro de todo.
La muerte era solo una conexión menos.
Y tuvimos hijos virtuales, aprendimos a criarlos como tamagutchies con una sola vida, no recuerdo haber escuchado un solo llanto, o una sola risa de un niño en muchos años, y un día finalmente extrañamos el sol, el mismo día en que ya no hubieron mas poetas, el mismo día en que nos dimos cuenta de que éramos esclavos, que mientras socializamos, el mundo se fue apagando y que la red un día se caería, dejándonos ufanos, moribundos, abandonados; que tendríamos que levantarnos de la silla y apagar los monitores.
Ese día llegó.
Salimos a las calles llenas de recién levantados, y el mundo muerto y quemado nos recibió como un último golpe de realidad. Algunos se desconectaron tan solo, a los demás los matamos nosotros, sus mujeres, sus niños, los no nacidos, y sin reparos de eternidades, nos levantamos a reconquistar un mundo que se negaba a ser virtual, como el alma.
Sucedió, el mundo no esta escrito en binario.
lunes, mayo 18, 2009
Muere el maestro Benedetti.
El último trabajo del uruguayo fue 'Testigo de uno mismo', una obra escrita en verso y publicada el pasado mes de septiembre. Además, trabajaba en un nuevo libro, también de poesía, que había titulado 'Biografía para encontrarme'.
No sé si alguna vez les ha pasado a ustedes pero el Jardín Botánico es un parque dormido en el que uno puede sentirse árbol o prójimo siempre y cuando se cumpla un requisito previo que la ciudad exista ranquilamente lejos. El secreto es apoyarse digamos en un tronco y oír a través del aire que admite ruidos muertos como en Millán y Reyes galopan los tranvías.
Hasta siempre maestro!
lunes, mayo 11, 2009
Letargo
lunes, mayo 04, 2009
Desvanecerte
Así solo te escucho quejarte, apenas de rodillas frente al escusado, revisando cada vomito tuyo, tu descansando de esta última tanda.
Mi mente atrofiada entiende como una suerte el que en tu desvarío no hayas jalado de la cadena, mientras apenas y ensuciándome las manos logro sacar de el inodoro esta carne, tu carne vomitada, carne arrancada de las entrañas por violentos espasmos que me hacen creer que aún vives.
Regreso a la cama donde te desvaneces, donde apenas parece haber vida por el pito miserable que ejecutan tus pulmones al respirar, réquiem pintoresco sin duda, bochorno para mis oídos. Distingo en mis manos tu vientre, reconozco que late y que es sangre, como alimento, inequivocamente putrefacto, sin duda infectado.
Estas seca, gris, como las hojas de los árboles bajo el sol terrible de enero, y siquiera temo tocarte, para que no te quiebres, para que no te mueras, toses y ya no hay sangre, ya no hay aire, ya no hay vida, tu cara desecha, tu cuerpo maltrecho apenas si se conmociona, entiendo que ha llegado tu hora y no queda nadie, me toca ser fuerte y reconfortarte de la muerte, misma que te arrancará de mis brazos, misma que te impulsa de nuevo violenta a estremecerte sobre tu cama, y te inflamas y te hinchas, las venas azules y la piel cuarteada en celdas de limites cafés, que se abren, que inhalan nada en la celulosa muerta de tu piel.
Te abrazo no por retenerte, ya no quiero mas que te vayas, te abrazo para sostenerte, para al menos confortarte un último espasmo de violencia, y tu me miras con los ojos en blanco, muertos, ausentes, con los ojos sin niña, sin iris, acuosos pero secos, como una medusa que se tuesta al sol.
Entonces te desmoronas, te partes en mis brazos y te vuelves arena, yo te miro deshacerte mientras te escurres en mis brazos, al menos sé que todo ha acabado, que ya no te duele seca la garganta, ni la piel resquebrajada, ni te ahogas desesperada vomitando el alma; te haces arena en la cama, la misma que decías era océano y ahora es playa, y ni un cuerpo queda para llorarte.
Me sacudo los brazos y la ropa, te dejo salina en la cama, el de la limpieza quizás tenga otras piedades que a mi no me quedan ya, a fin de cuentas ese cuerpo desecho en la cama ya no eres tu, la mujer que un día hice mía sin amar y que aún así marcaría par siempre el resto miserable de mi vida, ahí ya no hay nada mio, y camino el largo pasillo hacía la salida sin voltear a verte, solo me doy cuenta que llevo un puño de ti en la mano cuando necesito taparme la boca mientras toso, me doy cuenta que la tos me pica la garganta y me mancha de sangre la mano, no te preocupes, que aunque no sé lo que hayas sufrido, pronto lo sabré, en mi otra mano aprieto tu vientre con fuerza, como una promesa de ello.