jueves, diciembre 31, 2009

Nota suicida (sería así?)


Tengo 30 años y he vivido, vaya que lo he hecho!

Finalmente he pactado con la muerte, adolecido de este pacto, y ejerciendo mi libertad de corromperlo, me he suicidado sin pedirle permiso.
Las razones que a nadie importan me las guardo, solo espero un juicio justo, y que no me martiricen, por que no he sido un santo.

Willian Blake decía, que para tener un cadáver bello y jóven había que vivir excesos, hoy rezo su plegaria, lo decido, lo ejecuto; espero ser olvidado en corto tiempo.

Pocos tenemos la oportunidad de dejar una nota suicida tan pública, mi acción como blogger conocido toma relevancia, creánme que lo hago por vencer a la muerte, por apurar mi paso, no creo en el destino.

Este es mi último cigarro y lo disfruto, uno de los placeres que extrañaré desde la muerte, esta es mi última cerveza y la he tomado sorbo a sorbo agradecido; ya ven; no me mató ni el alcohol ni el cancér como muchos habrían apostado.

No dejo nada, me voy tranquilo de haber vivido, de haber compartido, creo que esta nota suicida es optimista, solo me duele no ver mañana mis notas luctuosas, los comentarios que se harán sobre mí, saberme bueno, saberme que en la muerte tras las maldiciones de el "por que" la mayoría hablará bien de mí. (eso espero, a fin de cuentas todos los muertos son buenos)

No sé si esto aumentará las visitas, eso no me importa; este cigarro ya me va quemando la boca, sé que se acerca la hora.

Adiós, no creo que deje ninguna frase inmortal, no creo que me lloren mucho, pero este es mi camino.

Este blogger se suicida, y quizás la noche; para este invisible noctámbulo, para este loco; quizás la muerte; también, me permitan volver a escribirles como noctámbulo desde el silencio oscuros, aquí les queda el diario de mis últimos dos años para que saquen sus conclusiones.

Ya el tiempo no me persigue, ni yo huyo de él, aménme justo ahora que es cuando mas lo necesito.

Saludos desde mi hora mas oscura, a deshora.
-ficción-

miércoles, diciembre 16, 2009

Cincuenta ofrendas para la virgen de Sábato.


Extenuado por el dolor causado por la última aguja clavada en su espalda, y desmayado de llorar por un par de horas, le despertó el aire fresco que se cola entre el piso de tierra y la puerta de latas de el rancho donde su madre; trabajadora doméstica; le deja cada día al cuidado de su abuela.
La vieja aprovecha el especial odio que siente y objetiviza contra el pequeño cada vez que le ofrenda tortura a su virgen; esta toda vestida de negro en su altar, con su cara de calavera, parece reír cada vez que la abuela sostiene al niño sobre sus piernas con una mano, evitando que este se le escape al retorcerse por el dolor infringido, mientras con la mano izquierda clava agujas en su cuerpo y recita extrañas oraciones que espera le deparen prosperidad.
Empieza a dejar las agujas dentro del cuerpo de el pequeño espera con ello contentar más a su sádica santa de los muertos y los demonios, quizás así llegue la riqueza, antes de que el pequeño cristo lleno de heridas y acostumbrado al terror de el dolor infringido perezca de ofrendas bajo la piel.
La abuela cuidadosa, cura tras cada rosario perverso por encima las heridas, sin marcarlas; luego deja al niño hecho polvo en el piso de tierra, le quita de encima las hormigas que llegan a lamerle las llagas y los puntos de las agujas en la piel, para que nadie le reclame.
Aquella tarde de diciembre Pablito despierta en el suelo, la brisa veraniega y la frescura invernal de fin de año son una, no siente dolor en el cuerpo, nada le punza por dentro, respira hondo y profundo, abre la puerta y se va, jugando con el viento, detrás de un rayo de sol, deja atrás 50 ofrendas para Sábato y un cuerpo hecho polvo, la abuela que recién lo descubre se prepara para llorar a su nieto, piensa que decirle a las autoridades y a la madre; que “seguramente lo mato la bruja de la vecina que la odia”, que “yo pensé que estaba dormidito”.
Sonríe pensando que los vecinos vendrán con ayudas y atenciones, y consuelos en efectivo; se inca frente al altar para agradecer a su virgencita que sonríe con su risa de calavera, agradece y sonrié hasta quedarse dormida, entonces el viento entra riendo por debajo de la puerta, le mueve los risos al niño que parece sonreír, bota una vela de el altar y lo incendia todo.

domingo, diciembre 06, 2009

Entonces.



Entonces la filma, ella desnuda, en el piso de el baño, toda mojada, durmiente; él igualmente desnudo, empapado en sudor, limpiándose el semen que aún le queda en el pene, ella con una sonrisa grabada por la forma de su rostro joven, pero en verdad inexpresiva, y así la pasión en él empieza a salirle por los poros abiertos, la filma y le ve con ternura, ya no le toma ni el culo ni las tetas, hace acercamientos de su boca y sus mejillas, sus ojos durmientes, de su mano acariciándole el cabello, pone la cámara a un lado, le besa en la boca, casi la ama, casi le perdona, lo salva; ella; se sienta a su lado; él, dejandose llevar por el instante, el como seria si le amará; el como seria si ella le amará, y vuelve en si con un leve suspiro, la levanta, le quita el cabello de la cara, la carga hasta el cuarto y le acuesta, le deja un beso y la cobija, ella ni siquiera responde entonces, se aflige, se lamenta, la pasión caduca cicatriza, él busca sus ropas, se alista, le deja un nuevo beso, casi la ama, apaga las luces y toma las llaves de su bolso, cierra por fuera la puerta, lleva en la cámara un trofeo más, igual no se contenta, esta noche no es lo que quería, baja por las gradas cubierto de la complicidad de la madrugada; en la calle vuelve de nuevo a ver su ventana; de ella; y piensa y balbucea un adiós fuera de lugar para una desconocida mientras piensa en lo solos se quedan los muertos.