miércoles, junio 25, 2008

El milagro de la plaza I


-Me encantan las palomas hinchadas y amoratadas en la plaza; mismas que envenene por la tarde-sonríe y se dice como si se tratará de un juego-
-maldito mendigo! mira! viene en medio de los cadáveres, extiende los brazos y las resucita!-masculla mientras mira indignada-
-Es un milagro!!- gritan los trabajadores municipales que las recogían en sacos- cae muerto...
-de nuevo el teatro a desintegrarse! maldito mendigo! y el "jueputa" encima se muere!
Se levanta apresuradamente, mientras los barrenderos corren en auxilio de aquel que les ha librado de el trabajo, maldiciendo se aleja, es una joven, peinada a dos trenzas, de negro con amarillo, como la noche frente al Hotel Costa Rica, obvia al gringo que le ofrece $100, camina y maldice y revive, va viendo el piso y lanza las manos con violencia al viento! como golpeando a un invisible que le molesta persiguiéndole; el mendigo acaso?
Las palomas se empiezan de nuevo a posar sobre las cornisas y los bustos de el teatro, la miran con odio, ella no se da cuenta, y aunque no le sorprende el mendigo, ni su muerte, ni el milagro de la plaza, se pregunta quién es el que ahora yace muerto, siente que la vida se le vuelve paralela a ese entrometido, y ya no puede sacárselo mas de la mente, baja la cuesta de el colegio de señoritas, para coger el bus para su casa, en las noticias hablan de la extraña lluvia de palomas envenenadas esa tarde, mañana hablarán de otra cosa.

martes, junio 17, 2008

Improvisación II




Por qué decidiste morir en invierno? Por qué debajo de las lluvias inconscientes y traidoras de la memoria?
Por qué decidiste que mayo sería una buena fecha para unirte a un vuelo de pájaros y volver a tu planeta? Odio cada uno de los palmos de esta cama sin tu cuerpo, te odio por dejarme aquí, acaso creíste que el duelo me sería interesante? Y tu?! Tu maldito Cristo crucificado que juraste que me consolarías!? Donde estás? Maldita sea la vida! Maldito sea el espejo! Malditos recuerdos váyanse! Que hago? Como demonios dejo de amarla!? Como demonios puedo decirle a mi boca que no busque su beso en la oscuridad, como demonios puedo decirle a mi cuerpo que ya no busque su calor, a mis ojos que ya no busque su mirada, a mis oídos que ya no añoren su voz!? Maldita sea! Duele, duele, duele!
No hay Dios, no hay mundo, solo existo yo en una deshora, mi olvido inútil, mi desesperanza y este hoyo, y tu, tu aquí tan callada, tan abstraída, con tu cuerpo inerte y tu visión perdida, con tu ultimo grito ahogado, rasgando desde dentro tu tumba, y mi pecho, y mi calma, y yo silencio en silencio te encuentro de prisa, cuando la noche llega, y reconozco tu sonrisa, en la soledad de nuestra nada.

miércoles, junio 04, 2008

Entre remolinos.

-Esa música me produce una profunda melancolía, por que creo que fue la última vez que tu y yo estuvimos bien cuando recién fuimos al teatro a escucharlo, cuando aún; totalmente plenos; estábamos en la cima de el mundo; luego y sin aviso; caímos precipitadamente, al unísono, por las mismas razones, pero cada quién en su abismo; y cuando quise asirme de ti; al terminar de caer; estabas lejos, y yo aún mas lejos que tu. Lloré, por que era casi amor ahora, y antes lo dispusimos eterno, etéreo, infinito.
Ahora escuche "Entre remolinos" y se me estremeció el alma, la melancolía me subió por las piernas, y como un humo negro-cafesino, fue espeso, invadiendo la habitación, y recordé cada una de las cosas que nos dijimos cuando por horas guardábamos silencios, las terribles miradas lanzadas cuando ni siquiera nos veíamos, los golpes terribles de cada una de las caricias que no nos dimos! -

Apura un trago mas de ron mientras habla con una silla vacía pero colocada frente a él tras la mesa, como si en ella se sentara alguien; indiferente. La casa a media luz y llena de invisibles, arremolinada por el dolor y la caída de quien insistía en hablar con una silla. En este caso, el olor a ron es fuerte y se penetra en la madera, el humo de el cigarrillo aún mas, y él lo llama "melancolía". Una lágrima cae dentro de el vaso, y perturbado y confundido piensa que se ha servido mas licor, mientras medita que es mejor tomar hasta la inconsciencia; aunque no logra olvidarla y continua hablándole, amándola, le dice poemas, o simplemente le conversa lo efímero de el día, finalmente él ha entendido, que si deja de hablarle se irá, se irá para siempre y se llevará la pancita, se llevara el amor, su sonrisa, sus ojos, sus labios, su pelo, su piel, y ella sentada se observa el vientre, él la ve, el la huele, pero no la toca, ella no lo mira, esta inmóvil tal y como la recuerda de esa misma noche antes de salir al trabajo para no volverlos a ver nunca mas, y no se hablan, lo cual es normal; así son los invisibles; mientras él sabe y entiende, y no se calla!; que los fantasmas pueden amarrase a una silla con palabras y con lágrimas.