Volver a casa sin ti, y tú en cada esquina de ella.
Penumbra y sueños rotos contra la realidad, el vacío de mi vientre, la soledad más terrible que jamás se haya experimentado en mi pequeña vida.
Todo está lleno de las sonrisas que nunca sonreíste, de tus pasitos sin dar, de tu llanto sin llorar, y todavía todo sigue aquí; cómo si todo ha terminado ya? cómo si la vida es nada sin ti?
Miles de explicaciones simples, lindas, cursis; para que quiere Dios a un ángel si yo te necesito aquí?
El reloj se ha detenido, tus ropitas y tú cuna de ausencias se demoran en hacerme llorar pero lo hacen, y aquí contigo, sin ti, las horas se alargan en los llantos que no se acaban de llorar, el consuelo es tan lejano como los besos que te iba a dar.
Volver a casa sin ti, y tu padre tan perdido como yo, ojala y el sol naufrague su navegar por el cielo azul, ojala y la luna se esconda avergonzada! y que no venga Dios alguno a consolarme, que esta soledad es mía y tuya; que estás aquí sin haberlo estado nunca.
Despierto sobresaltada, y abrazo la ausencia que dejaste en mi vientre, abrazo el vacío de ti, contigo que estas sobre mis pechos, sin ti.
Cómo demonios te lloro? Cómo te amo si nunca viviste?
Junio no es un buen mes, nunca más lo será, te fuiste y te quedaste para siempre, sin haber venido nunca más allá de los cambios en mi cuerpo que me hicieron mujer, que me hicieron madre; y sin ti que soy? será que soy algo, que soy alguien, como te lloro para olvidarte? cómo hago para aceptar?
Te amo tanto, tus ausencias y lo que nunca fuiste; pero te amo más por lo que fuiste sin nacer, te amo tanto desde tanto que no soy porque te hiciste ángel, y mis ojos que ya no son ojos porque ya no podrán verte nunca, y mis manos que ya no sienten por qué no podrán tocarte, y que hago con este amor que solo tiene un nombre para desbordarse y llorarte hasta que el dolor duela tanto que sea imposible, que perdone al Dios que te llevo de mí, que duele tanto que se ha clavado para siempre en mi alma?
De qué sirve parir un ángel? de que sirve!!!!!!!!!? maldita sea Dios!!!! te has cagado en todo! me mataste y me dejaste viva para restregármelo en la cara! que hago con mi vientre vacio? con la soledad que me patea allí?
Llorar nunca será más amargo ahora que estás sin estar y sin estarlo nunca, te lloraré hasta que se terminen las lágrimas, y después... volveré a aprender a llorar.
Perdóname la rabia que siento ahora, es el dolor que ama, entiendo sin entender y amo a tu sombra que me calma, a tus manitas que me tocan y tus besos que me besan, sé que estarás por siempre conmigo, y a pesar de todo; te amo tanto que esto basta, sin bastar... y sigo viva, gracias por enseñarme a vivir...
Para todos los que lo amaron. Un abrazo amiga, por qué no sé que más podría decir... perdón.
SOÑANDO
Cuando mueres mientras duermes, este pasaje es distinto sin duda a la muerte común que se presenta ante nosotros como un invisible, ha de ser como estar soñando, por que eres ajeno a todo el ruido que la muerte conlleva.
Quizás te encuentres dando vuelta una y otra vez en algún pasaje infantil olvidado, un momento, un instante en el que la inocencia te dio licencia para ser pleno, para ser feliz; y la inconsciencia y la desfiguración onírica de los sueños te ata y aferra a ese recuerdo, a esa memoria presentada para evitar que despiertes y te encuentres cara a cara con la muerte.
Quizás solamente sueñes que caminas por alguna playa, y cierres los ojos, y te concentras en la sensación de arena en tus pies, en el sonido de el mar salino, en ese olor puro a viento y agua, y los recuerdos de ella, corriendo hacía ti en esa playa, o tu corriendo hacía los brazos de tu madre, o simplemente solo, despreocupado de todo, incluso de ti.
No hay tiempo de repasar la vida ni de túneles con luz al final de este sueño, pero no ha de caber duda de que si mueres dormido, lo haz de hacer soñando, tan solo quizás sueñas que tendido en tu cama tienes un largo descanso, merecido y profundo, donde la realidad mas que ajena es tenue, es placentera, y despertar es solo una posibilidad.
Cuando mueres dormido tras una larga espera, enfermo y en un hospital, quizás; el asunto es diferente, por que el inconsciente te separa de la realidad cotidiana, misma que de todas formas es una pesadilla, gente que llora o gente que no lo hace, máquinas enfermeras, doctores y pruebas, fármacos, dolor y ausencias, o presencias que sufren; aquí el sueño puede volverse pesadilla, por que la realidad es peor que ese sueño agitado y prolongado de una larga despedida que no acaba, y en el sueño drogado de la calidad de vida; alucinas y sufres de cualquier pesadilla, que de igual forma no te trastorna mas que despertar.
Puedes soñar entonces el mar agitado y la playa fría, puedes soñarte niño perdido entre la multitud, un mal recuerdo, eso no importa, por que te estas muriendo, y la vigilia es testigo y consiente de la fría cama, el lúgubre cuarto-morgue, de que la sábana que te cobija se volverá mortaja, de el lento y pausado; de el "pip" mecánico de el lector de signos vitales, de el gotear de el suero que te alimenta, de la cadencia de la muerte a tu lado, a pesar de las carreras y los medicamentos, de los familiares que lloran, de los doctores que dicen que solo es cuestión de tiempo.
Ella se acerca a tu oído y te absuelve; te deja ir; la muerte al lado te extiende la mano, y tu te sueñas desangrado con las manos roídas, con los ojos fijos y muertos llorando, quizás entonces sueñas que vas cayendo, como esos sueños donde te levantas sobresaltado, pero esta vez la caída no acaba, se prolonga mientras la vigilia atiende al monitor cardiaco, y mas allá de donde la pesadilla normal de el que no muere acaba; tu sigues cayendo; por que la muerte te hace llegar al fondo, te hace llegar al suelo, y sueñas que caes impotente, entonces luego seguirás soñando la muerte; tu muerte, mientras el monitor hace un sonido agudo y largo.
Quizás te encuentres dando vuelta una y otra vez en algún pasaje infantil olvidado, un momento, un instante en el que la inocencia te dio licencia para ser pleno, para ser feliz; y la inconsciencia y la desfiguración onírica de los sueños te ata y aferra a ese recuerdo, a esa memoria presentada para evitar que despiertes y te encuentres cara a cara con la muerte.
Quizás solamente sueñes que caminas por alguna playa, y cierres los ojos, y te concentras en la sensación de arena en tus pies, en el sonido de el mar salino, en ese olor puro a viento y agua, y los recuerdos de ella, corriendo hacía ti en esa playa, o tu corriendo hacía los brazos de tu madre, o simplemente solo, despreocupado de todo, incluso de ti.
No hay tiempo de repasar la vida ni de túneles con luz al final de este sueño, pero no ha de caber duda de que si mueres dormido, lo haz de hacer soñando, tan solo quizás sueñas que tendido en tu cama tienes un largo descanso, merecido y profundo, donde la realidad mas que ajena es tenue, es placentera, y despertar es solo una posibilidad.
Cuando mueres dormido tras una larga espera, enfermo y en un hospital, quizás; el asunto es diferente, por que el inconsciente te separa de la realidad cotidiana, misma que de todas formas es una pesadilla, gente que llora o gente que no lo hace, máquinas enfermeras, doctores y pruebas, fármacos, dolor y ausencias, o presencias que sufren; aquí el sueño puede volverse pesadilla, por que la realidad es peor que ese sueño agitado y prolongado de una larga despedida que no acaba, y en el sueño drogado de la calidad de vida; alucinas y sufres de cualquier pesadilla, que de igual forma no te trastorna mas que despertar.
Puedes soñar entonces el mar agitado y la playa fría, puedes soñarte niño perdido entre la multitud, un mal recuerdo, eso no importa, por que te estas muriendo, y la vigilia es testigo y consiente de la fría cama, el lúgubre cuarto-morgue, de que la sábana que te cobija se volverá mortaja, de el lento y pausado; de el "pip" mecánico de el lector de signos vitales, de el gotear de el suero que te alimenta, de la cadencia de la muerte a tu lado, a pesar de las carreras y los medicamentos, de los familiares que lloran, de los doctores que dicen que solo es cuestión de tiempo.
Ella se acerca a tu oído y te absuelve; te deja ir; la muerte al lado te extiende la mano, y tu te sueñas desangrado con las manos roídas, con los ojos fijos y muertos llorando, quizás entonces sueñas que vas cayendo, como esos sueños donde te levantas sobresaltado, pero esta vez la caída no acaba, se prolonga mientras la vigilia atiende al monitor cardiaco, y mas allá de donde la pesadilla normal de el que no muere acaba; tu sigues cayendo; por que la muerte te hace llegar al fondo, te hace llegar al suelo, y sueñas que caes impotente, entonces luego seguirás soñando la muerte; tu muerte, mientras el monitor hace un sonido agudo y largo.
Una lágrima cae sobre tu mejilla; desde tus ojos dilatados y muertos que ya no sueñan mas que esta estancia... duerme hijo mio, que naciste dormido y pronto en ese largo sueño te has ido, y sé que para ti será este tu nacimiento, pero no en los brazos de tu madre y los mios, si no en el país de los muertos.