domingo, agosto 28, 2011

Se nos fue Fidel Gamboa!

El vocalista de la agrupación Malpaís, Fidel Gamboa, de 50 años de edad, falleció hoy víctima de un infarto múltiple, según confirmó a Viva su propio hermano, el también músico Jaime Gamboa.
Imagenes/Fotos
Gamboa se presentó anoche con  Malpaís  en el Club 212, en Heredia, para abrir el concierto del grupo guatemalteco Alux Nahual, en lo que será recordado ahora como  el último concierto de Fidel Gamboa.





Epitafío (Fidel Gamboa)

De pie frente a mi lapida te ves
como el angel que siempre estuvo alli
llorando con la lluvia, mes a mes,
preparando este lecho para mi,

noche a noche, de hinojos, cada flor
abonando el pálido jardín
donde, trémula, mi alma sin calor
despierta entre jazmines cada abril

Por gracia de tus manos y tus pies,
tus ojos y rodillas, me volví
habitante del aire junto ti.

Aunque ya no soy nada, como ves,
polvo soy porque polvo siempre fuí,
pero el polvo que soy huele a jazmín.
 
Todos escribimos alguna vez sobre nuestra propia muerte...
 
 

sábado, agosto 27, 2011

Aprender a llorar.

“No puedes enseñarle a llorar a un hombre de 30 años” y sonrió desganada, con la mirada perdida hacía afuera a contra luz, como tantas tardes, y es que el ritual de la hora de visita era siempre el mismo, mirar el reloj, mirar a la cama, mirar por la ventana, la misma cara de mal dormir, de mal comer, entre resignación y rabia, pero calma, decaída.

“Es hora” se decía tranquilamente cuando el de seguridad aparecía en el pasillo, este sabía que no hacía falta decir nada, y nosotros que no hacía falta que lo hiciera.


Y es que con los días antecediéndose los unos a los otros dentro de el centro medico, la rutina fue educándonos, y de pronto nos encontramos de forma surrealista viviendo esa muerte pequeña y lenta que es vivir, esperando las horas de visita, uno dormita entre comidas insípidas y salones, sillas para espera y alguno que otro café de máquina.

Ella y yo hablábamos poco en esos días, y ya desde antes se venia dando dicha conducta, por lo que en realidad mas bien, tener a mi mujer allí ya era mucho, y no hacía falta hablar, no hacía falta a veces ni mirarnos, igual que como nunca fue necesario amarse, siquiera quererse, ya que desde siempre nos fuimos un buen negocio, y a pesar de que el amor no duro mas que el tiempo en que tardamos en volver a nuestros trabajos después de la boda, era bueno tener a mi mujer, riendo a contra luz y con desgano, la frase que le oí a algún poeta, o a algún desgraciado.


Las noticias buenas nunca parecían suficientes, las malas eran mas comunes y significaban estar mas al tanto de lo que ocurría, y la vi bella como nunca hablando con el médico cosas que no entendía, los veía mover la boca y no había ni una señal de lo hablado, su expresión siempre fue la misma, y yo mirando el reloj, la cama, la ventana, nunca me atreví a preguntar.

Nunca, nunca la vi llorar, y aunque cada vez los pronósticos pasaron de reservados a negativos, seguimos allí en nuestro ritual silencioso, reloj, cama, ventana, contraluz, sonrisa desganada, salón de espera, café mocca de la máquina, surrealista, fresco de gelatina y arroz con carne insípida, y nuestros silencios en vez de caricias, en vez de amor.


Hace tiempo que nos acostumbramos a ser solteros en lazo matrimonial, hace tiempo nos olvidamos de las risas y los “te amo”, la rutina se repetía cuatro veces al día, en turnos continuos desde la visita hasta la espera, y finalmente a las nueve el viaje a casa, y “hasta mañana”
Pero esa despedida mentira fue un triste desenlace para un silencio, esa vez si te vi preocupada quedarte en la puerta, y yo a contra luz sonreí, reloj, cama, ventana, y te alejaste por el pasillo.

En realidad no sé si aprendiste a amarme por lástima o por costumbre, o si el desenfreno de el silencio surrealista te llevo de nuevo a algún anhelo, tal vez, solo fue solidaridad, o la necesidad de sentirte apoyada, pero esa noche seguro estuviste tan agradecida como yo de tenerte ahí en silencio, aunque amarse ya no fuera necesario, y entraste corriendo a la mañana mientras médicos, auxiliares y enfermeras trataban de detenerte, mas fue en vano, yo tratando de detenerte en el pasillo para abrazarte, por primera vez en meses, para tranquilizarte, pero fue imposible ante tu decisión, de pronto mi cama vacía; rompiste el ritual y de el reloj saltaste a la ventana, sonreíste a contra luz cuando desde el pasillo te dije “y enseñarte a llorar a ti?” y te quedaste allí sentada, en calma, agradeciendo el silencio, por la liberación de la que eras objeto, y nadie entendía; que tus lágrimas; calmas como tu sonrisa no eran por la ausencia si no por el silencio, grato recuerdo de mi , que desde el pasillo te miraba por última vez a contra luz; reloj, cama, ventana, mi esposa, y el pasillo que se alargaba mientras caminaba hacía el final de él en silencio, y solo tu que me escuchabas recitando un poema sobre aprender a llorar.

lunes, agosto 15, 2011

Mujer de tierra. (otra forma de desear un feliz día de las madres)

Esa particular forma de estar entre
no sobre ni por debajo y ser todo
saberse vieja, saberse joven
jamás nacida y nunca encontrada por la muerte


Mujer de tierra que haces el amor por los suelos
escalas paredes y te llenas de polvo
que tienes el corazón de barro
que la lluvia te vuelve blanda y al mismo tiempo
soportas las altas montañas sobre tu manto

Mujer de tierra que sostienes el mundo
que me llenaste los pies descalzos de ti en el charco
me mojaste de tierra, me invadiste de arena
me creaste, me diste vida

A ti mujer madre y creadora
ayer que fuiste mi morada en tu bóveda de arcilla
señora puta! puta señora!
hoy que guardas los sueños de esta hija de barro
a ti te debo en la muerte, volver a tu vientre.

domingo, agosto 14, 2011

Soñe que volvías.

Soñé que volvías como siempre
como cuando me amabas
te soñé como cada noche
y ya no con tus ojos diluidos en odio
con tu frente ceñida
si no mas bien con tu sonrisa

Olías a dulce de tapa
a mar
a lluvia en la ventana
a sueño que se encuentra
a dicha
a alegría

volviste como vuelve la gente
no como aveces vuelven los fantasmas
estabas gloriosa
como siempre
hermosa y amada
yo mientras besaba mi almohada
y soñaba

El desamparo y la tristeza
no vienen de tu ausencia
volviste y mi tristeza
se ampara en que estabas
dormías y no te dabas cuenta
que yo soñaba.

Soñé que volvías
soñé tu abrazo y tus ojos que decían que me amas
soñé y tu dormida
no te dabas cuenta siquiera
de que te fuiste
y yo soñaba que regresabas.


domingo, agosto 07, 2011

El instante del olvido.


Hablan, ella solo los escucha como ecos lejanos, el monitor cardíaco domina su atención, y el pasado, la razón de su estancia allí es demasiado borrosa, solo recuerda esa sonrisa silenciosa sobre sí mientras le acuchillaban.
-La policía no sabe nada aún, el padre aunque ya fue dado de alta carga con las heridas-
-Qué horrible crimen!, mira que violar al muchacho, y además dejarle a la madre en este estado!-
Para ella son palabras, no entiende, no recuerda, su realidad corre entre el monitor y las personas lejanas, la penumbra lo inunda todo, un silencio primordial aderezado con sonidos lejanos, pero el monitor esta primero, y hasta ha logrado darle seguimiento en su desvarío, no se esfuerza por encontrar los recuerdos, y estos no la buscan, no la atormentan.
-Nada que hacer!- escucha lejano, luego el latido electrónico, y nada más, el tiempo son solo instantes dispersos en su inconsciencia.
-El mismo padrecito ha venido a darle los santos oleos- y solo esta vez, por infinitesimal secuencia de segundos le causa esa sensación nueva, un frío le llena el espinazo hasta el desvanecimiento nuevamente, le roba ese recuerdo justo cuando vuelve el monitor a ser su todo.
Despierta; la ve; a la enfermera; conversando con él, el frío en pausa tras la inconsciencia vuelve, el padre se acerca y finge confortarla, le habla de Dios y bendice su camino a la muerte, entonces vuelve ese recuerdo, en diapositivas, como flashes del terror, entrar por la puerta y verlo sobre el muchacho fue un mismo acto! Su hijo! Tomar el cuchillo y herirlo! Los golpes, y esa sonrisa mientras la acuchilla, el monitor le aturde y el frío se convierte en el gélido brazo de la muerte entrándole por la nuca hasta los pies –Yo cuidaré de tu hijo, no te preocupes!-le dice el monstro mientras sonríe al darle esa última puñalada, un espasmo terrible y el frío, mientras el recuerdo vuelve para ser el último instante de su olvido, de nuevo el monitor cardiaco es su realidad, esa sonrisa en sus pupilas, él santifica y escucha el monitor detenerse.