Amalia es la única mujer con la que tengo contacto directo; ella me cuida, ella se preocupa por mi mas allá de sus necesidades propias que son muchas. Mi hermana, se casó con un vividor, un tipo que además de robarle sus sueños y su juventud, la lleno de hijos y de deudas, y a pesar de ello, ella siempre se ocupa de mi, de si tengo comida, de si pagué la renta, de si me tome mis medicamentos, de si estoy vivo.
Mi abuelo era un malnacido, mis padres, demasiado ocupados en sus carreras y la apariencia de nuestra familia ante el vecindario, se dedicaron a trabajar y en tres descuidos nos tuvieron a Amalia, a mi hermano y a mi, por desgracia demasiado pasivos y retraídos como para reaccionar, para hablar, para sacudirnos.
Mi abuelo siempre nos hacía rezar el rosario por las tardes, a pesar de su pasado como militar creía en un dios liberal, racista y homófobo, que además de todo permitía que tres de sus creaciones mas débiles pasáramos por todo el martirio que era tenerlo a cargo de nuestra crianza y cuidado.
Crecimos por obra y milagro de ese maldito dios que jamás entendí, pero que me tortura con una moral estrecha y posesiva; represora, causante de infelicidad y miedos extremos que desencadenaron esta serie de fobias que hacen al Dr. Morales medicarme y a mi hermana pagarle $200 al mes.
Mi hermano Daniel tendía acaso 8 años y yo 7 cuando mi abuelo; maldito desgraciado; después de rezar el rosario cada tarde empezó a violar a Amalia, quien a sus 12 se mostraba como una bella jovencita que había desarrollado demasiado pronto; cosa que a mis padres enorgullecía para decirle a todos lo hermosa jovencita que era, y lo guapa que era; parecida a mamá; lo peor era que el desgraciado nos obligaba a verlo, Amalia que había aprendido a escapar en sí misma ya no lloraba como las primeras veces, mientras Daniel y yo, petrificados de estupor y asco, nos tragabamos la impotencia amarga como la hiel, luego el señor este nos proveía de fajasos y amenazas irrecordables para que no habláramos, cosa que aprendimos bien y mejor, ya que nunca ninguno de los tres se atrevió a hablarlo ni siquiera entre nosotros.
Lo mató un policía; el incidente aún me es confuso y los motivos de el mismo se me entremezclan entre alivio y rabia en una nebulosa que el Dr. Morales aún trata de esclarecer, sé que el señor solía exasperarse de mas en temas políticos y que un altercado con un vecino llevo a la policía a mi casa ese día, parece que en realidad no hubo una razón reglamentaria de parte de mi abuelo como para que el policía disparara, pero lo hizo; lo mató sin que el malparido confesará lo que nos había hecho; ese es el problema de las revoluciones y los dictadores siempre quedan demasiados rencores resagados y solapados, por eso creo que en Cuba hacen bien; políticamente hablando; encarcelando y ejecutando a los disidentes; víctimas y victimarios nunca aprenden a vivir en paz después, cuando la vida sigue.
Cuando finalmente a mis 18 años me decidí a buscar a aquel policía para agradecerle haber matado al degenerado, este me relato como el maldito los hacía rezar en la detención el rosario antes de violar a sus mujeres, a sus niñas, a sus hermanas mientras los obligaba a ver, para luego aplicarles la picana sin misericordia alguna.
Creo que mi hermano Daniel hizo bien al suicidarse durante la adolescencia; hubiera sido bueno para los tres haber muerto a seguir nuestras vidas con tanto secreto doloroso y cómplice en nuestra conciencia; de todas formas nuestros padres siguieron sus vidas tan tranquilos y lejanos como siempre, mientras nuestra abuela nos hablaba cada tarde después de el rosario de el maravilloso hombre que en vida fue nuestro abuelo, y de como siempre tuvo razón de odiar a esos malditos comunistas de mierda. Ya para entonces, mis psicopatías me hacían indiferente a colores y banderas políticas.
Las niñas nunca deben oler a semen, ni sentir a un degenerado restregarle los genitales en un tumulto, oír palabras sexuales o ver a un masturbador en un autobús, por Cristo que nada de eso será bien visto por dios, yo no soy un degenerado de esos.
9 comentarios:
Me has dejado helado brother. Solo dire que la imagen de la pintura es lo unico que me ha gustado de esta entrada. No le hace justicia.
Deshora... creo que no encontraré ya más palabras para expresarme...
Duele tanto... tanto como las lágrimas congeladas en los ojos....
no tengo palabras... traspasa ..
un abrazo enorme
isla
Y despues de una semana de va y viene siempre es bueno leer esas entradas que te llegan al fondo..
Dire increible.... Cruda realidad vista en miles de historias...
Un abrazo :D
Igual, sin palabras, excelente entrada.
Una forma de narrar que te hiela la sangre, a sangre fría, sin anestesia. Muy bueno.
Tengo la impresion de que ya habias escrito una entrada con un tema muy parecido, aunque esta me parece muy buena, muy real, hipocritas de mierda hay en todo el mundo, y a los que mas dañan son a los inocentes, y toca un punto bien real, ¿Donde mierdas estn los padres desobligados de sus hijos?
Uff...qué de historias de este tipo se guardan en rincónes perdidos en las memorias de las víctimas de monstruos como este que usted tan bien describe.
Quisiera uno leer este texto y pensar que es ficción, pero desgraciadamente ha sido realidad para muchos.
Saludos,
www.desdemiarboldelimon.blogspot.com
¡Vaya! ¡Qué bien escrito, Deshora! Y como escribió Haze, quisiera pensar que no es más que ficción... pero sé que es realidad.
El Profesor
Me gusta pasar y disfrutar tu letras.mientras te leo a lo lejos y sin entenderte
TE ENTIENDO
Todas las referencias a revoluciones y militares sobran.
No basta con la brutalidad expositiva, ser explísito puede ser muy efectista, sabiendo de antemano que el tema duele y hiere.
Pero le falta mucho al texto para tener valor literario.
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