viernes, febrero 25, 2011

El silencio y el mar.


Cometí un error. Me quedé de pie mirando el infinito estrellarse contra la arena, mojándola, rugiendo, y me sentí de nuevo un simple muchacho, torpe, inmaduro, silenciado por los errores propios, por lo que no sucedió.
Las palabras quietas en la boca, lo que no se dijo, la espera del adiós que puede venir como tal en la soledad, como un capitulo sin cerrar que se extiende por la vida que sigue a través del pendiente de un paréntesis abierto.
No está mal equivocarse, más la incapacidad de pedir el perdón que no será perdonado puede complicarlo todo, el pecho se aprieta, los músculos se tensan, el silencio lo dice todo, y otorga.
Ruge de nuevo el infinito rompiendo sobre la playa donde descalzo no puedo evitar jugar con la arena que se mete entre mis dedos; pero pienso en tí, y más que eso, en la soledad que se viene encima, de lo que no se dijo, lo que no se hizo, y la brisa del mar me hace cerrar los ojos adioses hace tiempo; y al sentarme; sin dejar de mirar al que se traga el día, las manos que sostienen el peso mientras se acomoda el cuerpo en la arena y se encorva la espalda, no pueden evitar jugar con la playa que recuerda tu cabello; que nunca volveré a acariciar, que se pierde en el recuerdo inconsciente de la sensación de la arena de mis pies y de mis dedos.
Ya no puedo arrastrar tanta tristeza ante la belleza infinita en mis ojos, vuelven a caer los párpados pesados como juicios, como Rostro de vos de un Benedetti que desde el otro lado manda a alborotar con brisa de mar el cabello de tu sombra que se sienta a llorar conmigo en este punto de la inmensidad.
Ya el agua empieza a mojar los pies, me siento tan pequeño, tan vago, tan tenue, la tristeza manda y tu sombra a mi lado me ve levantarme en silencio mientras busco el camino a lo eterno, sea cuál sea su fin, y me voy mojando como la playa a los pies de la orilla, y solo atino detenerme para mirar al viento que con mis manos juega con tu cabello de arena, con la sombra de noche y soledad que dejé en la playa, que gobierna mis palabras quietas en la boca, con mi yo niño inconsciente que se adentra en el olvido salino; de las olas que se encrestan conforme avanzo hacía el olvido de este paréntesis que no lograré cerrar, pero que para ti será un punto y aparte finalmente, cuando ardan mis naves en Orión, y voy cerrando en la oscuridad mientras anochece el mar y anochezco yo; y solo espero entonces que me olviden a pesar de mis ojos de amor que ya no aman y que en la serena noche estarán, porque me quedaré observando para siempre desde este lado del infinito donde te quedas, junto a la sombra de mí que se sintió de nuevo muchacho y escribió en la arena lo que no dijo, para que se lo lleve también la marea que descansa finalmente un error.

9 comentarios:

Amorexia. dijo...

lloremos juntos esta vez, por favor lloremos juntos!!

Siempre, y todos, hemos querido que el mar se lleve a alguién de nuestro lado, para siempre: a nosotros mismos.

Deshora.

Apple dijo...

Qué es la soledad... mas que un puñado de sombras silenciosas acompañandote...

ojala todo lo malo se lo pudiera llevar el mar ):

un saludo!

Julia Hernández dijo...

Ah, tu texto me ha llegado profundamente, más que llorar, dejar ir sobre las olas calmas de un error... El mar...generoso siempre, acunádonos y vistiéndonos con su fuerza. Te ha quedado precioso!
La canción uno de mis preferidos.
Un fuerte abrazo Amorexia!

ISLA MARIPOSAS dijo...

el agua.... en su sustancia "acunadora"... tanto des ... entrega..
Siento amigo , que esta entrega es para ti dolorosa...dejar ir... es el fin del principio...
Te entiendo...te acompaño..
un abrazo enorme
isla

SAMADHI dijo...

Pareciera mi hermano en armas, que nuestras tribulaciones sin fin, engendran sentimientos, que por mas empatia intenten, son austeros en entendimiento. Heme aqui observando el texto, anonadado... jamas habra algo tan delicado y poderoso que un corazon que no se esconde. Muy buena nota.

Pablo Vargas dijo...

No tengo nada que agregar, como lector y escritor, me levantó y te aplaudo de pie, soberbio post compañero.

Como amigo, un enorme abrazo a la distancia!

Mario_ergosum dijo...

Hoy no deben haber palabras, las lágrimas deberían poder decirlo todo...
Saludos...

Germán Hernández dijo...

Una idea y un largo rodeo en espiral

zaida37 dijo...

Vine por casualidad a este blog buscando una imagen, me encanto tanto este post como el blog en general, un abrazo y gracias por compartir tanto sentimiento.