martes, abril 14, 2009

Penúltima parada.



Era tarde, tomé el último autobús de vuelta a la capital.La mayoría de los pocos pasajeros llevaban pesadumbre en sus caras, o el día había sido pesado, o la noche sería larga. Nada anormal, éramos los mismos adormecidos de siempre, yo con mi tranquilidad y mis distracciones de cada vez, dejaba que me arrullara la noche, las oscuras imágenes a través de mi cara reflejada en la ventana, todo era ausente, un vehículo, un pasaje, minutos muertos.


El autobús hace una parada, este hombre fornido y calvo corre hasta él y me llama la atención, salgo de el tedio. –Estoy retrasado- le dice al chofer al subir, nos mira a todos como buscando y al verme me sonríe, su mirada es maliciosa y la clava en mí, me distrae el murmullo de los demás, trato de ignorarlo, mas hunde de nuevo su mirada y su sonrisa mientras se sienta; del otro lado de el pasillo, dos asientos delante de mi; trato de ignorarlo, me sumerjo de nuevo en el reflejo de mi cara y en la calle.


Intempestivamente algunos bajan, apurados, sobresaltados, me miran por la ventana como queriendo decir algo, el chofer suda y me mira también, me encuentro con este tipo mirándome y sonriendo de nuevo, mis instintos se aceleran! mas no es posible, tengo que calmar mi paranoia, este tipo calvo que suda no puede ser un verdugo o un asesino, va tan apurado como los otros, el autobús acelera su paso hacía la capital, el chofer suda y me ruega que salte por la ventana con la mirada; mas no le hago caso, trato de calmar mis temores; veo al tipo sacar un puño de la chaqueta, me quedo inmóvil, el chofer se detiene en la penúltima parada, todos bajan, yo he controlado el miedo y me sumerjo en mi reflejo un instante, los veo a todos bajar y hacerme señas con los ojos que no entiendo, me sobresalto de nuevo, el tipo sonríe y la mirada le brilla, se levanta y saca un arma; un cuchillo; estoy inmóvil y paralizado en mi asiento, lo veo acercarse sonriendo endemoniadamente, veo al chofer por última vez viéndome con piedad por el espejo mientras arranca el autobús y cierra las puertas, el tipo se me acerca con el cuchillo y su endiablada sonrisa; suda; esta calle es muy oscura, el camino hasta la última parada extenso, supongo que el chofer fue quién subió el volumen de la radio.

33 comentarios:

Palas dijo...

por un isntante me sentí en el bus... ahi... vi el reflejo en la ventana, he visto todo!!!

Hasta escuché la radio...

Besitos Amo...

Anónimo dijo...

Conforme iba leyendo iba imaginando a la muerte disfrazada de calvo. Y no, era el calvo disfrazado de muerte.
Uff, !he sentido terror.

me encantó tu relato.

besos.

Themys Brito dijo...

Tienes una impresionante capacidad de sembrar el terror en tan pocas letras. Hasta me pareció haber escuchado una música tenebrosa de suspenso mientras leía.
Un saludo.

Mario_ergosum dijo...

Muy bueno.

Se puede percibir el temor en el bus, yo mismo hacía señas con los ojos diciendo que no era buena idea seguir, que esa paranoia tenía sentido.

Saludos Amorexia...

Menta dijo...

El final lo cerraste con un broche de oro.
Buen texto!

Besos

Menta

dolor de muelas dijo...

Que excelente relato!... felicidades... me encantó leerlo!

NTQVCA dijo...

Estuvo terrible!, alguna vez soñé que alguien me enterraba un cuchillo y sentía perfecto como iba entrando!

andrés dijo...

Andamos como en las mismas, parecidas situaciones la gran diferencia es que vos sabes escribir jejeje

El relato genial pero mas me llama la atencion como encontramos la muerte, ambos, en la calle, casi al mismo tiempo como un presagio o una resignacion de que esta ciudad no vale nada, menos al vida humana.

Excelente fren, un abrazo

Anónimo dijo...

Mae, ¿por qué demonios no te bajaste?

Solo puedo decir esto:
Aplauso, aplauso, aplauso. Multitud de aplausos. Me gustaría verlo en el repertorio, carajo!

Mae tengo el libro que necesitas, hablame luego.

Marco Cañizales

hpereyraf dijo...

Ay pero q webon ... quizas solo quería violarlo no? jajajaja pero q miedo con el pelao fornido y calvo ahhh

m a r i e dijo...

Vine para hacer una pregunta estupida: ¿Por qué se llama AMOREXIA, cuál es el significado, la razon?

Marco Cañizales dijo...

Mae, de nuevo entro y el abuso de dos comentarios es que de verdad, de verdad, está excelente.

Sin palabras, mae, siga así.

A dijo...

Y asi es cmo el destino hace su propio camino

besos en ruta
A.

A dijo...

Y asi es cmo el destino hace su propio camino

besos en ruta
A.

Gittana dijo...

No no no no no!!!! tu no quiere que yo duerma!!!!! No sabe tu que yo tomo el autobús toas las noches!!!!!

Gabiprog dijo...

Es bueno saber bien la parada donde nos toca bajar...
ufff....

Mariel Ramírez Barrios dijo...

GUAU
ME LO IMAGINO EN UN CORTOMETRAJE!!
TE JURO QUE ESTUVE EN VILO EL TIEMPO QUE ME LLEVÒ LEERTE
Y SOS TAN GRÀFICO QUE VÌ TODO!
--------
PD
QUIERO
ver a mi ahijado
pero ustedes ,que son jòvenes y lindos,deben venir a Argentina
Sòlo pasajes
El resto es mìo!!!!!!!
Los quiero

Recomenzar dijo...

Tu escribes ....yo leo... y mientras leo lo que escribes ...te leo en silencio ...tus palabras al recorrer del bus....

Chocolate dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Chocolate dijo...

Mientras leía me dí cuenta que estaba muy interiorizada en tu texto, que hasta tenía mi boca entre abierta y un ceño de suspenso en mi cara. Produces cosas con tu forma de escribir, me gusta eso y te aplaudo.

Y sobre mi texto, no es nada marivilloso, ando con mis ideas desordenadas como para escribir algo que llegue a tocar a alguien, de todos modos agradezco tus palabras.

:)

au revoir

Rolando Escaró dijo...

una ultima parada sin retorno.muy buena historia!

Julia Hernández dijo...

De principio hasta el final...impactante, desesperante, terminé sudando. Saludos.

Wilhemina Queen dijo...

estaba muerto? la muerte se reía de él?
quién era? qué pasó?

realmente MAGISTRAL!

jijiji

te felicito!

Wilhemina

Mar dijo...

Sentí hasta la mirada. Excelente.

Y... estoy encantada con la inspiración tan hermosa que dejastes en mi rincón, me dibujó sonrisas y sentí emoción, Gracias.

Un abrazo

More dijo...

Me pasó lo que a Palas y terminé sudando, y es que la muerte le sube el volumen a las radios, a los pulsos y ni se diga al tambor desatado en que se convierte el corazón.
Extraordinario tu relato.
Abrazos.

Carlos dijo...

...no me hubiese gustado compartir ese bus contigo querido amigo, para nada jaja

Saludos presentes ;)

Marina Belén dijo...

Me encantó el blog enserio!
Un beso, gracias por la buena onda.

Katalina Fonseca dijo...

Esto esta genial lo vivi en carne propia mi mente vuela y mi corazón se sale mucho cuidado con lo que escribes alguno podría morir de un para TE FELICITO MUY BUENO

Besos!!!

Làgrima Roja dijo...

fue como estar ahi. EXCELENTE
tanto tiempo che,
saludos :)

Unknown dijo...

Creo que me han pasado cosas parecidas.. como cuando todo el mundo parece saber algo que uno no, pero la paranoia colectiva no cala en mí, lo cual tiene desenlaces fatales... ninguno tan fatal como este, claro...

¡Buen relato!

Guillôm dijo...

otra vez, tus comentarios son siempre los más acertados. Tus escritos también.

Paz dijo...

quizás, no se quería bajar, las evidentes señales de advertencia no le ganaron al desazón de la cotidiana pesadumbre...

sandra dijo...

cosas así pasan a diario en nuestros autobuses..