lunes, abril 19, 2010

Vidrios a la francesa.


El ventanal de la sala sigue roto, hoy no me importa, igual no llega aún el fin de semana para repararlo.
El hastío es necio y me ha tomado, poco me importa. Llamo a Michelle por celular de nuevo y me responde su contestadora, la muy puta francesita debe estarse revolcando con el ex novio, y a mí que me lleve el diablo.
No hay nada en la refri para comer, ni nada bueno que ver en la tele, la naranja mecánica de Burgess a medio leer me vale madre!

¿Qué se ha creído esta mujer? ¿Que por sus pechos firmes y sus largas y deliciosas piernas me voy a aguantar esta? Malditos sean los viajes de negocios que trajeron al aeropuerto a su puto ex novio francesito. A ella no le importa si es conmigo con quién anda ahora. Maldito pensamiento liberal el de estos franceses. Me retuerce el estomago pensar en su boca besándole el cuerpo, sus manos galas acariciándolo, su pelo lacio despeinado por un vaivén distinto a mi cadencia latina.

Me lleva el diablo. Me molesta entonces de nuevo el hastío y me estorban los cuernos. De nuevo la contestadora, de nuevo todos mis malos pensamientos, ¿su apartamento o su hotel? ¿Qué me dirá mañana? ¿Creerá que mi cara de idiota lo aguanta todo? Que por andar con una francesa, ¿estoy dispuesto a volverme toro?

¡Jueputa ventana! Voy a tomar las medidas! Debo entretenerme en algo antes de seguir pensando en ella. Arranco el plástico que disimula la ausencia de la mitad de arriba del ventanal, siento el frio de esta noche. Encuentro la cinta métrica y apenas después de tomar las medidas de arriba la pareja que conversa de el otro lado de la calle me la recuerda de nuevo, divago entonces, me lleno de rabia, no sé por qué, pero como vértigo el filo de el vidrio sobrante de el accidente de el ventanal me atrae, apoyo el cuello sobre él mientras la pienso de nuevo revolcándose al estilo francés con el ex novio, y siento como la fuerza rabiosa contra el vidrio empieza a cortarme, xenofóbico y despechado recuerdo como me habla en francés cuando lo hacemos, y hastiado y rabioso, presionando el cuello contra el filo de el vidrio quebrado, solo puedo pensar en guillotinas.
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Visto primero en Repertorio Americano.

10 comentarios:

LIFE Graciela Bacigalupe dijo...

Excelente relato al estilo Amorexia...Ese título... el atrapar hasta el final y las guillotinas!Un abrazo enorme amigo!como siempre leerte es un placer!

Mucha dijo...

La imagen con el texto crea palabras en el viento...Muy bueno!!!
Saludos

andrés dijo...

esa auto tortura todos lo parcticamos - el poder de la mente - las ganas de sentirnos desgraciados, de llamar la atencion, de perseguir a esa persona que no desea estar con nosotros... xq somos incapaces de admitir con valor lo que ya sabemos y nos damos tumbos contra la lona, un auto knock out...

Muy bueno fren - muy bueno!!

Wílliam Venegas Segura (DW) dijo...

Amorexia: Espero que su pensamiento por las guillotinas no alcance a quienes lo visitamos. Yo recuerdo hace mucho cuando empecé a leerlo a usted, puña, de verdad que el tiempo juega a favor del escritor disciplinado.

Wilhemina Queen dijo...

¡ESPECTACULAR!

Lolita y El Profesor dijo...

La obsesión de la pasión le ha pegado fuerte, según veo.
Y contagia la sensación, en sus letras.

El Profesor

Lay dijo...

Cuantas veces he tenido ese tipo de pensamiento autodestructivo, ...ganas de punzarme el higado

xwoman dijo...

Me recordaste El Tunel de Sábato. el personaje no deja de alterarnos con su psicología y hasta uno le da la razón...!

Un abrazo.

Joha dijo...

Hermoso como siempre sombrío, decadente, profundo. :) Saludos, q estes muy bien.

Julia Hernández dijo...

Precioso, no por corto menos interesante, al contrario le da un matiz especial.
El adelantarse, revolcarse en nuestro propio infierno en imágenes impuestas sin asco y sin medida y lo peor a veces se queda en sólo adelantarse...Lo de la guillotina te quedó genial. Un fuerte abrazo. Un placer leerte.