sábado, diciembre 04, 2010

Adioses de hace tiempo.


Será definitivo.
Finalmente cuando baje de tu carro, no tendré más remedio que poner los pies sobre la tierra y decirte adiós. Nos miraremos por décima vez sin decir palabra, saboreando agridulce nuestro sexo de hace media hora, tu cuerpo aún caliente de mí, y yo tratando de guardar tu olor entre mis poros.
Pondré los pies en la acera y cerraré la puerta regalándote una última mirada; la onceaba; la aceptarás bajando la vista, sabiendo que este paréntesis reabierto hoy, cierra definitivamente esta historia postergada, y cuando arranques y te alejes de mí por última vez serás por primera y última, la chica que amé y debí seguir amando, y que hoy la realidad me quita despiadada.
Será lo poco que teníamos por decirnos, serán las miradas tristes de adioses hace tiempo; solo teníamos besos y nuestros cuerpos para darnos, nada más, nuestro momento había pasado finalmente y nos dimos cuenta tristes y resignados, solamente este amor estallando, resistiendo, consumiéndose en un motel, a razón de despedida, de encuentro casual programado como despedida, tus ojos tristes diciendo adiós, un último beso a medias que se quedará así en la melancolía de la que hoy nos despedimos tan apasionadamente como siempre fueron nuestros pensamientos unísonos y taciturnos, la vida que continuó , el paréntesis pendiente, el miedo de decir "te amo"
Hoy, te lo susurre al oído, hoy me lo clavaste en los labios mientras me mordías en medio de el sexo y el llanto, y simulamos que el momento no pasaría, y lo alargamos como se alargará la calle cuando te alejes, quizás llorando, quizás abrazada a esta tarde y a este que fue nuestro momento, el último de una larga despedida que no acababa.
"Cuídate", y abro la puerta, con un pie en la calle me tomas de la mano; "sabes que este adiós será el último, y que la realidad cuando salgas de este carro nos matará" y una triste mueca en mi cara que me apura a poner el otro pie fuera del auto deja claro que ya solo nos tendremos en la ausencia, y vuelves tu mirada al camino que te espera cuando arranques, y los recuerdos y esta tarde arremolinada como punto de partida de nuestra soledad, y solo puedo escuetamente responderte que te amo, sin más respuesta; y desde la cera te veo alejarte, conteniendo el impulso de correr a ti mientras el semáforo de la esquina no cambia y nos regala unos segundos más, mientras con un nudo en la garganta se me acaban las palabras por el paréntesis que viene a mí y cierra nuestra historia con un punto y aparte que no quiero y se alimenta de mi cobardía.
Seguimos donde nos quedamos ahora, sin nosotros, pero sigo observando en mi mente que te vas.

10 comentarios:

yop! dijo...

hay esta historia como las anteriores me encanto pero esta la senti tan en el corazon :(.....
Excelente.....
Besos...

Luissiana Naranjo dijo...

partir después de la piel tiene su dominio... el adiós regresa con la memoria!
saludos

Lilith dijo...

Hace unos días una amiga muy querida vivió algo muy parecido a los que escribiste, no pude evitar recordarla, adioses para siempre, recuerdos sin final.

Un beso bien grande

BETTINA PERRONI dijo...

Intenso... suele ser de esas historias que en la realidad no pueden llegar ma allá del karma establecido. Pero al mismo tiempo, es la mejor manera de vivir en el pensamiento del otro... indeleblemente.

Genial!

Julia Hernández dijo...

Creo que nunca se dice adiós, tarde o temprano el recuerdo nos asalta, para bien o para mal. Un abrazo!

Recomenzar dijo...

Tu texto me estremeció...Y mientras te sigo leyendo te dejo champagne para brindar con vos

hpereyraf dijo...

Vaya a veces es difícil de asimilar que la realidad puede mas que todo... incluso que el amor.

Valeria. dijo...

Encontré un excelente escritor en este sitio.

Anónimo dijo...

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Germán Hernández dijo...

Cursi