lunes, enero 22, 2007

Llorar la lluvia.



Aún cuando veo a mi hija sonreír, tengo la sensación de que el sol brilla...


En realidad, la lluvia siempre significó algo en su vida desde que tuvo memoria, siempre le puso melancólico, y de alguna forma, las tardes tristes coincidieron siempre con sus momentos mas oscuros y solitarios, esos que hacen intimo el vínculo con la tristeza, con el silencio, la soledad y la oscuridad.

Finalmente, estos sentimientos fueron reiterados en su vida tras el fin de cada etapa, no era una mala persona, o disfuncional, pero una suerte de depresiones habían llenado toda su vida desde niño, desde la separación de sus padres hasta la suya propia, cuando finalmente tomo la decisión mas difícil de su vida.

La lluvia pareció ser en su vida siempre un escape para el llanto, conforme la lluvia arreciaba, él parecía irse calmando de a poco, como una transferencia, como esa magia especial que tienen los niños, que va desapareciendo conforme nos volvemos adultos; y la lluvia fue desapareciendo de sus horas mas oscuras para volverse llanto.

Pero no todo respecto a él era pesadumbre y depresión, había desarrollado un carácter fuerte y una decisión excepcional, aunque seguía siendo incauto en sus decisiones personales, tanto que aún tiempo antes de su separación, ya los episodios de depresión y tristeza eran pan nuestro de cada día, no por victima o arrepentimiento, si no por que había hecho la peor elección de su vida, y la incompatibilidad con su pareja era indudable.

Justo antes de estos terribles momentos apareció la mayor maravilla en su existencia, alguien que le cambiaria para siempre, su hija se convirtió desde el primer segundo en que se vieron y tocaron, en su cómplice, en su inseparable compañera, en la luz de sus ojos, en su mundo.

Fue desde siempre el mejor padre que pudo ser, y alejo siempre a su hija de sus tristezas, toda su alegría se relacionaba con ella, con sus besos, sus sueños, su calorcito, su existencia.

Pero conforme un bebé deja de serlo, aprende cosas de el mundo y de las personas; pronto su hija empezó a sentir la tristeza en el alma de su padre, y lo vio llorar desconsolado esperando que lloviera, sentado solo en el corredor de atrás de la casa, terminando finalmente por contenerse a fuerza de una ulcera y un sin fin de sentimientos que se acumulaban en el y amenazaban con explotar.

Apenas pudo gatear, no tardaba en ver a su padre sentado en el corredor y se apresuraba en sus pasos de bebe a cuatro piernas en llegar a él; y hasta en esto se convirtió en su compañera, se sentaba en sus regazos mientras él se aguantaba el llanto, y se quedaba con él hasta que lograba contenerse por completo y empezará a jugar con ella, mas en su sabiduría perfecta de la inocencia, ella sabia que su padre lloraba en silencio, sin lágrimas y muriendo por dentro, con una sonrisa falsa sacada desde su amor para no preocuparla, y aunque era solo una bebé entendía esto y le pesaba.

Ella leía sus ojos buscando la forma de ayudar a su padre, él amaba esos ojitos inquietos hurgando dentro de él, trato de aislar la tristeza, para que ella solo viera en él cuanto la amaba, pero la pequeña buscaba otra cosa; una respuesta; esa magia que él perdió de cuando era niño.

Una sesión de tristeza se volvió magia el día, en que cuando su hija llego a su regazo y le abrazo, comenzó a llover, de pronto se sintió de nuevo niño en los brazos de su princesa, y pronto sus lágrimas fueron dando paso a la lluvia, él y su pequeña miraron llover durante horas, ella sonrió satisfecha de haber encontrado respuesta a su enigmita.

Y pasaron los días y las tardes de sus tristezas mirando llover, el aprendió de nuevo a ver la magia de el cielo oscuro, de la lluvia y sus misterios, y se unió para siempre con su bebe en esa complicidad incierta de lo inexplicable.

Un día entendió finalmente que no podía seguir así, y tomo la decisión mas difícil de su vida, la besó mientras dormía y la cobijo; ya era tarde; tomo sus cosas y se fue de el lado de su hija, entendió quizás que podría ser mejor padre dejando la raíz de su tristeza, si se encontraba a si mismo y se daba una nueva oportunidad de empezar, de cambiar y dejar atrás para siempre sus episodios depresivos, para que su princesa tuviera siempre un padre alegre que no le transmitiera su oscuridad, su soledad, su tristeza y su silencio.

Lloró en el taxi que lo llevaba de su hija a lo incierto, mas entendió que ella entendía e iba con él cuando empezó a llover.

Mas la tristeza no se fue de él ni la dejo en esa vida pasada, extrañaba terriblemente a su pequeña y solía llorar terriblemente cuando acababa el día de visita, pero siempre aparecía la lluvia para calmarlo, como si ella estuviera allí con él; y la vida siguió, y el no maduro de nuevo en perder esa magia que ella significaba en su vida.

Y comenzó a llover menos cada día, no es que la ausencia no pesará, pero todas las heridas sanan y se aprende a vivir con todo, este es el fin de el duelo, y por el contrario cada visita de su princesa traía el sol consigo, cada sonrisa de ella era un solsticio, y fue mejor padre como lo había pensado, y un día su hija noto que su padre ya no lloraba, y que ya no era necesario que lloviera.
Pero de vez en cuando la vida nos devuelve a esas estaciones solitarias y lejanas, y una tarde mientras ella dormía en su cama durante una de sus visitas, le cayeron encima de pronto cinco años que le habían parecido una eternidad, y se sintió triste de no haberle dado a su pequeña aquello que él nunca tuvo y siempre deseo, de no darle ese hogar y esa seguridad que se dice tienen los niños que viven con ambos padres, y aunque entendía que su decisión había sido bien pensada y que ahora era mejor padre que entonces, pronto sus pensamientos se le escurrieron como lágrimas por la cara, y lloró desconsoladamente como nunca lo había hecho, con una tristeza mas importante que las suyas propias, por que estaba triste por ella, de no haber podido darle algo mejor que lo que él había tenido, y sin que escuchará sus pasos si no hasta su llegada, entendió un secreto y un misterio que entendía cuando era niño y había olvidado al madurar, cuando su hija pequeña, con una sonrisa resplandeciente como el sol y una mirada de amor infinito le pregunto: “papá, quieres que llueva?”

25 comentarios:

Malasombra dijo...

Yo tambien, a veces lluevo. Saludos.

Tatiana QGarita dijo...

Esta historia es parte de mi vida. Ademas no solo eso, cuando decidi venir a este mundo, tenia una sombra azul que me acompañaba de por vida, y cuando estabamos tristes lloviamos.
La lluvia encierra una magia, tristeza & nostalgia para mi indescriptibles.
TA TA TO TS TO

Danilo Mora dijo...

Sólo hay algo más hermoso que sentarse a contemplar un cielo negro, lluvioso y amenazante. Eso es: sentarse a contemplar un cielo negro, lluvioso y amenzante con un ser adorado, con un hijo.

Este post tocó mi alma.

Anónimo dijo...

Es esa muñeca de la foto tu princesita que hace llover cuando estas triste? Hermano! que cuento! atrapas al lector y sabes que es una de tus virtudes, luego nos rematas con alguna fantastica cotidianidad, o con una maravilla cotidiana.
Buen post.

Mar dijo...

Me disfruté tu lluvia de letras. Hermosa niña.

Saludos

Solo Palabras... dijo...

Upsssss, esta historia me recuerda en algunos pasajes a mi nexo con mi hija.
¡Es tan importante la relación de un padre con su hija! no se si ocurrirá lo mismo con un hijo varón. Fue curioso, cuando nació tenía nombre de varón, no de niña, y un breve nombre sonando como piedras que ruedan y se golpean en el lecho de un ruido en la memoria, Irina, ese fue el nombre que elegí para ella.
Si alguna vez van a esos lugares de ríos torrentosos y con lecho de piedras, les recomiendo sumergirse lo más que puedan. Van a percibir un rtuido extraño, si prestan atención las piedritas del fondo parecen nombrar a mi hija en su rodar.
Te dejo un beso, es una bonita historia, me ha conmovido.

Anónimo dijo...

Que hermosa historia, me parece además bien trabajado el cuento, a ritmo muy lento, muy sutil, como el olor de la lluvia que viene a lo lejos.
Hermoso lo de la niña que hace llover, "esa magía que tienen los niños" como dices!

MalditoPoetaSiniestro dijo...

Hmmmmmm,la lluvia. Tan bienhechora y lesiva al mismo tiempo. El cuerpo de las gotas deslizándose en mi ventana son la muerte más triste que pueda conocer ser alguno....

tierragramas dijo...

ah, soy del sur de Chile. La lluvia forma parte de mi vida, de mi pasado. Ahora, en el norte, me pongo melancólico con la lluvia de acá. Y extraño esos aires y esa seguridad que tenía cuando estaba con mi vieja.

Tu texto me llegó.

:(

Warren/Literófilo dijo...

Hasta cuando no sea padre no sentiré todo lo que vos sentís, antes no, espero.

Unknown dijo...

QUe te puedo decir?, pues solo vive! sonrie....


Besos y abrazos de esperanza!

Amorexia. dijo...

Es hermoso poder llover y te saca de ti malasombra, gracias por tu amorexia.

Lo recuerdo Reina, aún lo hacemos.

Así es Danilo, es increible el nexo.

Sombra, esa es la ni;a que hace llover, y mi princesita también.

Gracias Mar, he ahí al amor de mi vida, me encanta que te gustará mojarte en mi lluvia. Gracias por venir.

Palabras, pondré mas atención cuando vaya a un rio, y me acordare de ti cuando el agua me murmure el nombre de tu hija, gracias por tu amorexia, me encanta saber que hay otros que gozan de este tipo de relaciones maravillosas!

Hermoso como el olor de la lluvia perro.

O ser el nacimiento a tierra mas hermoso maldito poeta siniestro. Gracias por tu comentario.

Honrado de saber que te llego mi texto Tierragramas, en cualquier lugar de el mundo donde estes, la lluvia siempre evocará la niñez.

Por lo menos lo entiendes literófilo.

Gracias Joup, y bienvenida, creéme, hace tiempo que llueve poco, y el sol sale cada día.

Gracias a todos por sus amorexias.

BETTINA PERRONI dijo...

Verás, tiempo atrás yo relacionaba la lluvia con el dolor... no me gustaba ver llover, sentía cada gota como un latigazo en mi cuerpo... el tiempo pasó y me acostumbré a esa molestia hasta que un día me percaté que ya no sentía nada.

Un día la lluvia me despertó y por increible que pareciera, la amé tanto y comprendí que lavó mi dolor, se llevó con el agua toda mi tristeza.

Es tan tierno lo que describes, tienes un regalo del cielo... tu hija, una bendición para tu vida y una razón para ser feliz... tengo muchos amigos que lloran por un hijo que no llega.

Deja que la lluvia disipe esos malos recuerdos, deja que la sonrisa de tu hija te siga iluminando.

Un abrazo

Amorexia. dijo...

La lluvia significa para mi limpieza y renovación, amo ver llover junto a mi hija y mi esposa que ahora se nos une, y ya no estamos tristes, mas los tres sabemos abiertamente la magia que encierra la lluvia, y de como Sofía puede hacer llover; nosotros estamos aprendiendo.
La lluvia nos fascina, nos envuelve y nos llena de su olor, el mismo de la noche en el Mar de Orión.
Gracias por tu amorexia Bettina.

Unknown dijo...

Provocaste que me preguntara, ¿hace cuanto que estoy lloviendo y no veo llover?

saludos desde acá

Anónimo dijo...

Entonces ya es hora de que llueva chachairu...

jorge angel dijo...

este texto me llegó con fuerza, quizás porque justo ayer fui con mi esposa a la ecografía del 6to mes de embarazo y pude ver a mi hijo moverse dentro del vientre, es una sensación más que increíble.

abrazos

Anónimo dijo...

Caemos del cielo lloviendo al nacer, así es como salen las almas del GUFF, volvemos a él todo poderoso evaporándonos una mañana, no importa si no ha llovido, las lágrimas derramadas llevan nuestros espíritus como mariposas azules, al evaporarse, & ya no quedan gotitas en la ventana, solo esperamos a que vuelva a llover & venga la condensación de la mañana, para volvernos a encontrar... por los que no llora nadie! Se quedan vagando espesos como rocío, suben & caen cada noche, cada mañana, cada siglo, & tampoco son gotitas en tu ventana...

Miss B. dijo...

qué hermosa sonrisa la de tu hija...

lluvia también hay en mi vida y hay bastantes gotas de alegría...

besos para vos...

Amorexia. dijo...

Verdad que si? Esa mujercita es todo! Lluvia hay en la vida de todos... conozco gente que llueve cuando se enoja, otros solo lo hacen para dormir... cuál es la tuya? la alegría? maravilloso.
Gracias por sus amorexia.

Anónimo dijo...

Los días más tristes de mi vida han coincidido con la lluvia. Me ha conmovido mucho el texto, escribes exquisito.
Logro visualizar a tu hija, brilla! Es preciosa.

Anónimo dijo...

♥ !

pues me sentare debajo de la lluvia

Amorexia. dijo...

Brilla y hace brillar api, gracias por tu amorexia.

farytale, hermoso es sentarse bajo ella y dejarse empapar de llantos!!!

Anónimo dijo...

Gracias por contar este cuento tan íntimo y hermoso que impulsa a otros a confiar y a saber que no estamos solos, porque cuando llueve siempre hay alguien más mojándose, escuchándola y viviendola, igual que cuando sale el sol.
Saludos!!

Amorexia. dijo...

Muy cierto chela, gracias por tu amorexia.