miércoles, noviembre 29, 2006

Adiós pasillo de sueños



Me quitaron una tradición, me quitaron parte de mi niñez y adolescencia, un refugio de transeúnte, la dicha de ver reflejada mi niñez en este lugar en los ojos de mi pequeñita.

De niño corrí como loco a ver esos ventanales llenos de sueños; y cuando uno es niño, esos sueños no van abrazados a lo material, si no a una ilusión; de adolescente corrí a esconderme con alguna noviecilla a besarnos como locos en ese pasillo, de transeúnte me refugie de la lluvia, o me di un respiro de el boulevard, de padre ya no podré llevar a mi hija a sentir la ilusión que sentí alguna vez en ese pasillo de ventanales y escaparates llenos de ilusiones; así es y creo que de una u otra forma todos los que ya lo notaron habrán pensado algo dirigido en esa dirección, La Librería Universal se extendió hasta el pasillo de ventanales que caracterizaba su fachada, simplemente lo eliminaron, si bien es cierto su área de cajas quedo mas amplio, eliminaron las ventas de chunches y los indigentes (no sé si alguna de estas fue la razón de tomar esta decisión), no satanisaré a nadie por tal motivo, es su derecho, es su tienda, pero creo también como loco y estúpido romántico, que ese pasillo era de todos, que me lleno de nostalgias cuando paso frente a la Universal y ya no existe ese refugio, que por diferentes razones me atrajo de niño, de adolescente, de simple transeúnte, y de padre...

Ahora la ilusión quedó fuera de la tienda, en pleno boulevard, y un poco más anti capitalista debo entender, que en el área de sueños gratuitos ahora hay cajas, es decir, que la ilusión ahora debe pagarse, de otra manera, ya no hay como admirarla. Me muero de Nostalgia... Será tal vez poco importante o tonto o banal, pero para los que nunca pudimos de niños entrar y comprar un maravilloso juguete de los que exhibían en esta tienda, este pasillo era un boleto gratuito a los sueños, y ya no está.

3 comentarios:

Danilo Mora dijo...

Quizá, tal vez...

Nuestros sueños de temprana edad tal vez nunca llegaron a plasmarse en la realidad, tal vez nunca tuvimos ese lindo juguete o la chica con la que quisimos besarnos no nos dio pelota. Tal vez de la niñez ya no quede nada. Pero alguna vez pudimos soñar, pudimos creer en lo imposible y ser invencibles en convicción.

No olvidemos nunca nuestros sueños de niño y quizá la convicción pueda renacer y llevarnos a nuevos ventanales con miles de sorpresas y oportunidades para volver a creer.

Anónimo dijo...

yo me acuerdo de la universal antes, pero desgraciadamente hace tiempos que no paso por el boulevard y por eso no se como esta ahora, pero me la imagino...

es interesante contrastar eso con san jose... en general, creo que cada dia el crecimiento urbano desmedido y desordenado nos va robando los pocos espacios "gratis" que nos quedan... por ejemplo, los cafetales donde yo jugaba de carajillo ya se convirtieron en condominios y a veces, por un momento siento que me asfixian.

Amorexia. dijo...

Uno siente que se ahoga Francisco, uno siente que se congela, que se deshidrata, y ya no queda un lugar donde llorar e ir a lamerse las heridas...
Se podrá volver a creer Danilo?